Donde no se gana nada, algo se va perdiendo
Cuando no estamos obteniendo un beneficio, un aprendizaje, un crecimiento, probablemente lo mínimo que estemos perdiendo sea nuestro tiempo.
En principio todas las situaciones y vivencias deben generarnos alguna ganancia, sin embargo, esto va a depender de nuestra forma vivir, de nuestra capacidad para sacarle provecho a las diversas experiencias y del interés que tengamos de obtener una ganancia de lo que vivimos.
Si nuestro interés está dormido, si sentimos apatía, desgano ante una experiencia o ante cualquier cosa que estemos desempeñando, esto será un indicador que estamos invirtiendo nuestros recursos de forma incorrecta.
Cuáles son los recursos que ponemos en juego al dedicarnos a actividades que sentimos que no nos generan beneficios?
Energía: Podría ser nuestro mayor recurso, cuando nuestra energía hace resonancia con cosas que no nos satisfacen, seguimos generando y materializando más de lo mismo. Dedicar tu energía a lo que te hace feliz, es primordial para llevar una vida llena de satisfacciones. Hacia dónde estás concentrando tus esfuerzos? Si estás canalizando tus energías en cosas equivocadas, seguramente no obtendrás lo que quieres, sé coherente al momento de invertir este recurso.
Tiempo: El tiempo por esta vida es limitado, independientemente de lo que hayamos venido a hacer a este planeta y si hay un después, lo único confirmado es que tenemos un tiempo de vida promedio para invertir y vivir, si es limitado, podemos darnos el lujo de malgastarlo en cosas que no nos mueven, que no nos hacen crecer, donde no ganamos nada?
Recursos materiales: Haz lo que te gusta y lo que necesites, material y energéticamente, hablando fluirá hacia ti, es tan sencillo como que cuando haces algo que amas, te sientes pleno, satisfecho y vibras con la prosperidad que está disponible para ti (para todos). Cuando nos sentimos inconformes, pensando que no deberíamos dedicarnos a alguna actividad o que lo que hacemos no nos llena o nos beneficia suficientemente, es momento de cambiar, porque seguramente no es haciendo eso lo que nos traerá prosperidad a nuestra vida.
Normalmente sabemos lo que queremos, lo que nos aporta, lo que nos beneficia y nos ayuda a crecer en todos nuestros aspectos: físico, intelectual, emocional y espiritual. Pero muchas veces el miedo nos paraliza y nos obliga a quedarnos en nuestra zona de confort, poniendo en juego nuestros valiosos recursos. Si queremos una vida plena, próspera y de crecimiento, no podemos quedarnos anclados, si sientes que un sitio, ya no es tu sitio, vete, cambia, recuerda que hay oportunidades esperando que tú explotes tu potencial, que hagas lo que te haga feliz, pero eres el responsable de activarte e ir por ellas.
“Sabía que, en ocasiones, algo de miedo puede ser bueno. Si temes que las cosas empeoren si no haces nada, eso te puede mover a la acción. Sin embargo, de nada sirve estar tan asustado que el miedo te impida actuar.”
―Spencer Johnson