A veces es mejor no poner tantas condiciones y dejar que todo fluya…
Vivimos condicionados, acatamos órdenes, patrones, estructuras, paradigmas y una serie de cosas y condiciones que nos permiten aparentemente, ajustarnos mejor a nuestro entorno, y realmente así nos acostumbramos a vivir, así crecemos y así criamos a nuestros hijos, obviamente todos necesitamos normas, reglas y ciertas medidas justas para una sana convivencia, pero llenar nuestra vida de condiciones terminará por agotarnos.
Solemos condicionar todo, las relaciones, nuestras metas, logros, objetivos, incluso cuando alcanzamos el éxito seguimos sumando condiciones a nuestra vida, condicionamos a nuestros amigos, parejas e hijos, generalmente para todo tenemos miles de condiciones, aunque no siempre las manifestemos, ellas permanecen en nuestra mente, rondando constantemente, pero a veces lo mejor es dejar que todo fluya.
En la vida ocurre lo que en el ajedrez. Trazamos un plan, pero ese plan está condicionado por lo que quiera hacer, en el ajedrez, el adversario, y en la vida, el destino. Las modificaciones que el plan sufre con ello son casi siempre tan grandes que en su ejecución apenas resulta ya reconocible en algunos de sus rasgos básicos. Arthur Schopenhauer
Las condiciones nos guían y orientan de alguna manera, pero también es muy cierto que nos limitan de una manera casi sorprendente, todo lo que vivimos debe ajustarse a ciertas condiciones que además nos auto imponemos e imponemos a los demás, lo cual tristemente deriva generalmente en decepciones, pues cada quien ya tiene sus innumerables condiciones, para además tener que ajustarse a las del mundo entero, cada quien con su percepción y criterio de cómo deberían ser las cosas.
¿Qué pasaría si simplemente de vez cuando dejamos que todo fluya?..si dejamos que solo las cosas fluyan, la vida pase, todo se ajuste a su propia naturaleza, sin condición, sin prejuicio y sin mayores exigencias, quizás podamos llegar a sorprendernos con los resultados. Cuando dejamos que las cosas fluyan el nivel de decepciones bajaría considerablemente y las frustraciones serían mucho menores, las mentiras no serían tan terriblemente necesarias y la competencia perdería valor, pues ya no necesitamos llenar las expectativas de nadie y además nadie tiene que cumplir un patrón para formar parte de de nuestra vida.
Las palabras más útiles en bolsa son: quizá, según se espera, posiblemente, podría ser, no obstante, a pesar, ciertamente, yo creo, yo opino, pero, posiblemente, me parece… Todo cuanto se cree y dice es condicionado. André Kostolany
Es natural que al pasar los años, las experiencias y las vivencias, nos hagan seres más exigentes, incluso más cuidadosos de nuestras decisiones y de con quien pasamos el tiempo, sin embargo, la experiencia suele enseñarnos una y mil veces, que lo que tiene que pasar, simplemente pasa, lo que debe terminar solo se va y lo que menos esperamos siempre llega, pero al parecer, esta enseñanza de la vida no se nos queda en la memoria, por el contrario, vamos elevando la muralla que nos rodea y continuamos sumando miles de condiciones que, según nosotros, nos preservan, nos dan seguridad, se ajustan a lo que merecemos.
Lo que todos merecemos es vida, es experimentar, es amar y ser amados, incondicionalmente, es ser aceptados, tolerados, sin discriminación ni comparación. En el mundo hay millones de personas, ¿por qué tomamos a una y la queremos cambiar?, ¿por qué evaluamos constantemente la conducta de otros?, ¿por qué necesitamos constantemente que cumplen nuestras expectativas?…
Existen formas universales a las cuales todos estamos inconscientemente condicionados y a las cuales respondemos si nuestro controles conscientes no las censuran. Henry Moore
No permitas que tu vida gire en torno a tus propias condiciones, no sumes ese peso a tu vida, deja que las cosas pasen, fluyan y ocurran, para bien o para mal, cada escenario tiene un propósito y una enseñanza, vívela y saca siempre bien del mal y del mal el menos.