La prepotencia te hace fuerte por un día, la humildad para siempre
La prepotencia suele vincularse a personas de carácter fuerte, seguras se sí mismas, con control escénico y buen manejo de situaciones. Sin embargo, detrás de toda persona prepotente, existe la escasez de humildad, un gran complejo de inferioridad, que se traduce en una necesidad de mostrarse a sí mismo y a los demás que se es superior al resto.
La humildad es una de las mejores condiciones del ser humano, a través de ella no mostramos debilidad, ni rendición, ni sometimiento, simplemente mostramos nuestra naturaleza humana en la más sencilla expresión, a través del reconocimiento de nuestras limitaciones, de nuestros errores, de las oportunidades de crecimiento y de mejoras…
Saber que no se sabe, eso es humildad. Pensar que uno sabe lo que no sabe, eso es enfermedad. ― Lao-tsé
Siendo humildes somos capaces de apreciar a los demás sin envidia, sin resentimientos, somos capaces de realzar las virtudes y características positivas de los demás sin sentirnos intimidados o incómodos. Por el contrario, la prepotencia limita la visión que podemos tener de los demás, mientras que pensamos que nadie puede hacer algo mejor que nosotros o que nadie sabe más de algo que nosotros, sencillamente nos perdemos de las cosas que se nos colocan en nuestras narices para aprender, para complementar nuestros conocimientos, para ver otras visiones del mundo y para hacernos mejores personas, con la aceptación apropiada de las personas que forman parte o que de una u otra forma afectan nuestras vidas.
Donde hay soberbia, allí habrá ignorancia; más donde hay humildad, habrá sabiduría. ― Salomón
Si es cierto que existen muchas personas que se encuentran acomplejados por sus capacidades, por sus conocimientos, por su físico o por cualquier aspecto que lo caracterice, y puede por sí solo, por su inseguridad sentirse incomodado por cualquier persona que encuentre amenazante y que no es necesario que se tope con alguien prepotente para sentirse incómodo, también es cierto que la prepotencia nos hace seres amargados, y genera rechazo en las personas que nos rodean, aun cuando éstas tengan su autoestima y la seguridad en sí mismos bien plantadas.
La humildad nos hace grandes, libres, flexibles y fuertes… La humildad es un don, se cultiva con nuestras acciones, con nuestra percepción de la vida, con la madurez, mientras más grandes de espíritu somos, más humilde seremos, más conscientes de que todos somos parte de lo mismo, de que estamos acá para aprender de forma individual y colectiva a través de las diferentes vivencias. Vivir sin apreciar las bondades de los demás, con la prepotencia que caracteriza a los dueños de la verdad es una verdadera limitación, estas personas por lo general viven tratando o pretendiendo ser mejores a los demás en lugar de esforzarse por ser la mejor versión de ellos mismos.
Cuanto más grandes somos en humildad, tanto más cerca estamos de la grandeza. ― Rabindranath Tagore
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