Cuando dejas de pensar en lo que pudiese pasar, comienzas a disfrutar lo que está pasando
Si pudiéramos sacar cuentas de cuánto de nuestro tiempo invertimos en pensamientos inútiles, en preocupaciones, en recuerdos o en escenarios imaginarios, nos daríamos cuenta de que es la mayor parte de nuestra vida…
Sí, suena triste, es patético, pero la verdad es que la mayoría de nosotros tiene la capacidad de estar sin estar, parecemos estar viviendo algo, pero la verdad es que nuestra mente se encuentra paseando por diferentes lugares distintos a donde estamos, no nos permite disfrutar del momento presente y lo más triste es que luego recreamos ese momento con la poca información que tenemos porque en definitiva no estábamos plenamente allí.
Por eso resulta tan común la frase: Cuando era feliz y no lo sabía… y tristemente así ocurre, no le damos la importancia y el protagonismo a lo que ocurre, siempre estamos esperando algo más, añorando algo, extrañando algo que dejamos en el pasado, en cualquier sitio, en cualquier tiempo, menos en el aquí y en el ahora.
No dejemos que nuestra mente nos disperse de lo que vivimos, prestemos la más dedica atención a lo que ocurre en nuestro presente, con todos nuestros sentidos atentos, oliendo el momento, escuchando todos los sonidos que forman parte de la vivencia, sintiendo, saboreando, con toda nuestra atención volcada a lo que estamos viviendo.
Estemos atentos a nuestros pensamientos, si es posible tengamos una libreta a mano y en una de sus hojas hagamos tres columnas, colocando en el encabezado tres signos que para nosotros representen pasado, presente y futuro y cada vez que observemos un pensamiento marquemos una X debajo del signo correspondiente, al final del día tendremos seguramente una gran cantidad de X para pensamientos del pasado y otra gran cantidad para pensamientos del futuro.
La idea con este ejercicio es hacernos conscientes de nuestros pensamientos y que no anden por allí con plena libertad, sino tomar el control sobre ellos, a medida que vamos educando nuestra mente podremos decidir enfocarnos en nuestro presente.
Cuando prestamos mayor atención a lo que vivimos y aceptamos el momento, como si nosotros lo hubiésemos elegido, aunque no sea de nuestro agrado, comenzaremos a ver la vida desde otra óptica, comenzaremos a disfrutar, a apreciar, a notar cada una de las cosas que tenemos en frente esperando que nosotros sonriamos.
Deja de preocuparte por tu futuro, vive cada minuto al máximo dentro del plan que tienes para llegar a donde quieres y asegúrate de voltear atrás solo con fines prácticos, un breve repaso de lo aprendido o sencillamente recordar por donde no pisar, tu vida te pertenece, no dejes que ni siquiera tu mente te la robe.
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Cuando dejas de esperar tu vida cambia
Hoy puedo asegurar que las cosas nos llegan cuando estamos preparados para recibirlas