Debo dejarte ir… Y lo entiendo
Se requiere convicción para soltar, y ahora que ya la tengo: sólo me hace falta tiempo. Debo dejarte ir… Te libero de mí.
Resulta demasiado difícil pensarte a esta hora del día, a decir verdad, resulta difícil pensarte siempre… He estado cautiva en tus recuerdos, en todo aquello que hicimos y que por fortuna o por desdicha mía, ya pasó y no volverá… O al menos así me lo indica el tiempo.
He tenido también, tiempo para considerar opciones, para dar cuenta de que no eres lo único, ni lo último que por mi corazón y mente transitará; cuesta hasta el alma entenderlo, pero por fin sé que así es.Así será.
Adaptarse no es sencillo, la ausencia aniquila; pero también permite pensar, permite ver con claridad, permite dar a conocer, que no todo es para siempre, y que por más divina que se torne la existencia estando con alguien, no debe ser algo necesario estarlo. Nadie necesita a nadie, a menos que se quiera necesitar a alguien.
Nada más doloroso que alejarse, alejarse de quien me hizo notar que hay vida, alejarme de ti, quien me recuerda tan intensamente con cada latido, que alguna vez amé.
Razones, tantas razones que existen para esta separación; razones que lastiman, pero que seguramente, traerán consigo algo mejor. O eso quiero pensar, eso debe ser.
Estando nuevamente sin ti mi bien, me percato de que no hay sensación más lasciva, que la de la soledad. No digo esto por detestar la soledad, al contrario… Sin embargo, tu compañía, el nosotros, el saberte a mi lado, me hizo pensar que no habría nada mejor que eso; ni siquiera estar a solas conmigo. Ahora que nada de eso tengo, prefiero comenzar a amar lo solitario de la habitación, lo solitario de mi espíritu.
No pretendo hundirme en la desesperanza, en la pesadumbre de los días. Puedo, pero no quiero, ni debo; quisiera únicamente, recordarte sin que duelas, saber de ti sin sentir un nudo en la garganta, allí en el corazón; recuperar el sueño, recuperar la vida.
Aceptar tu partida resulta necesario. Ciertamente debo dejarte ir, lo entiendo. Motivos sobran y no intentaré ingenuamente evitar lo inevitable; el amar y el extrañar agotan, me he agotado y es por ello que elijo casi obligadamente cerrar esta historia; renuncio a ti y a tan inmenso cariño; para decirte, para decirme adiós.
Me arriesgo a comenzar un nuevo yo; a comenzar de nuevo.
Vía: elperlanegra
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Si te he lastimado te pido perdón…