No todos los hombres se pueden relacionar con mujeres independientes
Bien sea por adaptación a parámetros sociales o manifestaciones de un básico machismo, es sabido que no todos los hombres tienen la capacidad de relacionarse exitosamente con mujeres independientes, específicamente en el ámbito sentimental.
Tal es la tendencia, que muchas mujeres se ven tentadas a fingir un mayor grado de dependencia hacia sus parejas, alegando que lo hacen por hacerlos sentir cómodos al ocupar el rol de proveedor, de pilar, de cuidador hacia su pareja.
Todos, hombres y mujeres, deberíamos poder diferenciar lo que representa la caballerosidad y lo que representa la dependencia en cualquiera de sus presentaciones. En realidad si yo fuese hombre me sentiría muchísimo más halagado si una mujer que no depende de mí en lo absoluto, por neta preferencia elige estar conmigo, en comparación a la relación que se teje cuando existen necesidades que pueda ser capaz de cubrir.
Las mujeres independientes tienen mucho más claro lo que quieren, tienen límites preestablecidos y pueden darse el lujo de escoger con bastante detenimiento, sin prisa, a quienes les darán entrada en sus vidas.
Muchos hombres prefieren ocupar un rol que les permita mantener el control, que les otorgue una ventaja en cuanto a quien marca las pautas en la relación. Si una mujer depende de un hombre afectiva, económica, social o situacionalmente, sus acciones no estarán guiadas normalmente por un sentimiento, sino por una estrategia y es en este punto en el que se pierde la libertad y comienza un modo de esclavitud.
Las mujeres independientes, fuertes, decididas, que no comulgan con la sumisión y no necesitan de nadie para alcanzar sus metas o mantenerse en el proceso, muchas veces son vistas como fenómenos antinaturales, cuando de manera contradictoria, cada vez son más mujeres quienes encajan con este perfil.
Sin embargo, los hombres que saben apreciar el tesoro que son las mujeres independientes, buscarán las vías de entrar en esos corazones y de permanecer allí, aún bajo el riesgo de que no haya ninguna capa usurpando el papel del amor, aun cuando no exista la necesidad, ni el miedo a la pérdida, aun cuando se trate de uno de esos amores libres, que surgen de la afinidad, del querer compartir caminos, del querer volar juntos, pero nunca atados.
Estos amores son los más sinceros, son los más honestos y sin duda los más genuinos. Ninguna necesidad o dependencia debe colocarse el traje del amor… Y éste, debe procurar siempre profundizarse en donde él sea el protagonista y el que marque la pauta en la relación.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet