Cierra este año haciéndole espacio a todo lo bueno del próximo
Si vemos nuestra vida como una cajita, no nos costará imaginarnos que cada cosa ocupa un espacio en esa caja y que muchas veces, tenemos tantas cosas allí, que se hace imposible que cierre la cajita.
Muchas de esas cosas ya no nos sirven, otras están dañadas, otras ni siquiera podemos entender cómo es que llegaron a nuestra caja, pero están… A veces tenemos cosas súper útiles que jamás utilizamos, bien sea porque están tapadas o porque las cuidamos tan bien que nos da miedo que algo les ocurra.
Algo parecido somos nosotros, con nuestra colección de sentimientos, de personas, de lugares, de emociones, de cosas… Aunque el “sitio” donde “guardamos” todos eso, es ilimitado, para fines prácticos no lo es, porque es nuestro enfoque el que determina si algo más tiene o no cabida, si podemos hacer usa de algo o no.
Mientras estemos pensando en una situación del ayer, no podremos ver la oportunidad que se nos presente el día de hoy. Mientras estemos trabajando en un sitio en cual no nos sintamos a gusto, se nos hará difícil poder hacer lo que nos apasiona. Mientras estemos perdiendo el tiempo en una relación que ya nos dijo hace tiempo que no es para nosotros, no podremos enfocarnos en ninguna nueva oportunidad.
Así que hagamos uso práctico de este cierre de año e identifiquemos todo aquello que dejó de sumar a nuestras vidas, o que nunca lo hizo, para “hacer espacio” para ubicar lo que nos gustaría dejar en nuestras vidas el próximo año.
Cierra el año con estas recomendaciones:
- Cierra el año eliminando todo rencor, TODO, no vale la pena, el único perjudicado eres tú.
- Cierra el año entendiendo que si algo no llegó a tu presente, es porque no debía estar más en tu vida, no permitas que se eternice en tu mente.
- Cierra el año dejando cualquier mal hábito que te esté dañando, no importa cuál sea, lo puedes dejar, fumar, beber en exceso, maltratar, mal alimentarte, desmeritarte… Cualquier mal hábito, cualquier cosa que estés haciendo repetidamente que te dañe, déjala atrás.
- Cierra el año dejando las quejas atrás y comienza a enfocarte en lo que sí te gusta. ¿Ves algo que no te gusta? Gira un poco la cabeza y verás muchas otras cosas que sí.
- Cierra el año perdonando, no importa lo que sea, te dañó en algún momento, no permitas que te siga dañando cada vez que venga a tu mente. Todos estamos en nuestra curva de evolución, haciendo lo mejor que podemos, con lo que tenemos. Nos equivocamos, dañamos, lastimamos, quizás no llegamos a rectificar o a reconocer los males generados, los otros no son la excepción, tú perdona.
- Cierra el año no enganchándote a nada que te duela, ésa es la mejor señal, ¿duele? Libera y suelta.
- Cierra el año sin pretendas controlarlo todo, esto solo genera frustración en ti y además rechazo y resistencia en los demás.
- Cierra el año diciéndole que no a lo que no te gusta, no quieres, no aguantas… Di no y ya, no pasa nada.
- Cierra el año diciéndole sí a la vida, a lo que quieres vivir, a lo que te apasiona, a la salud, al amor, a la prosperidad, a los viajes, a la apertura… Permítete.
- Cierra el año sintiéndote creador de tu vida, básicamente porque así es. Si lo que has creado hasta el momento no te gusta tanto, no te castigas y comienza a crear desde ya algo que sí te agrade.
- Cierra el año confiando en el proceso de la vida y déjate llevar por tu corazón, créele… él sabe el camino.
Que en este año dejes todo lo que te limita, lo que te desagrada, lo que te hace sentir de cualquier manera mal y recibas el mejor de los años de tu vida hasta ahora.
¡Feliz Año y Feliz Vida!
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet