Si necesitas a alguien que esté contigo todo el tiempo, esa persona debes ser tú mismo
La vida puede parecer mejor con alguien que te haga compañía todo el tiempo, sin embargo, cada uno de nosotros, no solo debe ser capaz de estar solos, sino debe poder disfrutarlo. Porque la soledad es un estado que estará todo el tiempo con nosotros y más allá de ser una penitencia, es un regalo.
A veces podemos sentir que las personas que prefieren estar solas, es porque tienen cierta incapacidad de sostener relaciones interpersonales que impliquen cierta compañía. Las personas que prefieren estar solas todo el tiempo, muchas veces ni siquiera se detienen a etiquetar la compañía de los demás, simplemente ellos están solos, pero no se sienten solos, están acompañados de sí mismos.
Quiérete todo el tiempo, te vas a necesitar
A veces las personas solo interpreta roles, que ni sienten, están en constante actuación ante quienes le miran y en esa dinámica pueden olvidar quienes son realmente. Sin embargo, el estar solos, les recuerda quienes son y lo hace reencontrarse con ellos mismos. Esto para algunas personas puede resultar perturbador, sobre todo en fases tempranas, pero si se dan el tiempo y el espacio, aprenderán a reconocerse, a conectarse con su esencia y a quererse cada vez más.
No necesitamos nada de nadie
Hablando de personas que físicamente son independientes, podemos asegurar, que aunque somos seres sociales, la realidad es que no necesitamos nada de nadie. Que cada cosa que normalmente buscamos fuera, se encuentra en nuestro interior y que si de cuida una relación se trata, pues deberíamos dirigir nuestros esfuerzos a cultivar la mejor de todas con nosotros mismos.
A fin de cuentas, somos quienes nos acompañaremos en cada momento, durante toda la vida. A veces nos abandonamos, nos incumplimos, nos hacemos promesas que rompemos… A veces callamos nuestra voz, que nos habla de lo que quiere, para escuchar lo que quieren los demás y en esos momentos, nos traicionamos a nosotros mismos, nos negamos, nos colocamos en una posición poco privilegiada en nuestra escala de prioridades.
Démonos un lugar especial, tratémonos con el mayor amor posible, con la mayor gentileza. Algunos de nosotros solemos ser muy fuertes en nuestras evaluaciones, podemos criticarnos, hacernos sentir culpa, desconfianza, temor, por no saber reconocer nuestro valor. Somos seres maravillosos, cada uno de nosotros es único, es perfecto tal y como es, aunque se diga mil veces que no es así y busque muchas maneras de “mejorar”.
La mejor manera de mejorar es sentirnos a gusto con quienes somos, es permitirnos la presencia de la constante divinidad en nosotros y amarnos, porque ya por estar acá somos muy valientes, sabíamos lo que nos esperaba y aun así asumimos con amor la experiencia, aunque no lo recordemos…
Ámate y está allí para ti cada vez que te necesites, recuerda que todo lo que buscas se halla en tu interior.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet