RINCÓN del TIBET

No le enseñes a tus hijos a ser lo que tu deseas, dale alas

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No enseñes a tus hijos a ser lo que deseas, enséñales a ser mejores aún cuando no estés

Como padres, nos toca la difícil tarea de orientar a nuestros hijos, mas allá de nuestros temores, de nuestros errores, siempre esperamos que nuestros hijos puedan ser lo que nosotros no pudimos, que recorran un camino seguro, que transiten por una vida llena de buenas y provechosas experiencias y mantenerlos lo mas alejados posible del dolor, de las decepciones y de los sufrimientos, aunque sabemos perfectamente, que esto es imposible, pues tarde o temprano ya no estaremos y ellos podrán hacer y ser lo que deseen sin nuestra supervisión.

El respeto por nosotros mismos y por nuestros valores debe anteponerse a cualquier temor o deseo de agradar. Walter Riso

 

Nuestros hijos tienen el derecho pleno de ser lo que deseen, de aprender por su cuenta y de cometer sus propios errores, por lo que mas allá de pretender y de esperar que se conviertan en quienes deseamos, es necesario que sembremos la capacidad de que puedan ser los mejores en lo que decidan, especialmente en nuestra ausencia, que puedan ser honestos, bondadosos, compasivos y especialmente humildes, para que su vida no se plazca en los bienes materiales, sino en la sabiduría de lo que realmente vale la pena.

Los hijos son piezas delicadas, solemos grabar en ellos muchos de nuestros deseos, frustraciones e ilusiones, muchas veces de manera inconsciente, labramos un camino para ellos y procuramos siempre estar allí, para evitar que caigan, para corregir rápidamente sus equivocaciones y para alentarlos, a fin de cuentas, pensamos que esa es la labor principal como padres.

Lo más importante es evolucionar hacia una vida en línea con nuestros propios valores y deseos, sin estar limitados por nuestros propios miedos o por los discursos negativos de los demás. Laurent Gounelle

 

Pero resulta que hay un momento muy importante en la vida de nuestros hijos, y es cuando no estamos con ellos, cuando nos toca dejarlos volar o simplemente ya no los podemos ver constantemente, entonces surge la gran duda de ¿cómo podremos controlarlos?…¿cómo asegurarnos de que obran bien?…esto jamas podremos saberlo, por mas que pensemos conocer a nuestros hijos, nunca sabremos que les toca vivir en su propia vida, no como hijos, sino como individuos.

Nuestros hijos deben ser seres que puedan tener valores, que puedan razonar por cuenta propia a la hora de discernir, que diferencien lo que es correcto de lo que no lo es, que sean justos y no personas abusadoras de los demás, existen rasgos mínimos que harán de la vida de nuestros hijos una vida placida, respetuosa y honesta, mas allá del camino y del rumbo que tomen, de las experiencias que escojan, no deben ir jamás en detrimento de nadie mas, por el contrario, en tanto mas respeten el valor y la vida ajena, mas aliados podrán hacer durante el recorrido de su camino.

La capacidad de creer plenamente en otro es uno de los valores más bellos del ser humano. Haruki Murakami

 

Demos a nuestros hijos las herramientas para valorarse como seres humanos y valorar a los demás, mas allá del éxito, de las profesiones, de lo bienes y riquezas que puedan acumular, los principios y los valores del amor, la solidaridad y la inutilidad del prejuicio, a la larga les facilitará la vida, pues se rodearán de afines que vibren en los mismos valores y lejos de andar cultivando enemigos, que siempre aparecen hasta sin razones aparentes, podrán cultivar amistades productivas y sabias relaciones que sirvan de faros luminosos en sus vidas.

Prepara a tus hijos para estar sin ti, para saber su misión en el mundo, en la vida, en la humanidad, para aprender que nada queda sin justicia y que ello y el amor nos obliga a conservar siempre la esencia innata de ser personas bondadosas y de entender, que todos venimos al mundo con las mismas capacidades de amar y ser amados, todo lo demás son creaciones que vamos sumando a nuestra vida.

 

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