RINCÓN del TIBET

Establece los límites del respeto de manera oportuna

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Establece los límites del respeto de manera oportuna

Es bien sabido que uno de los pilares fundamentales de las relaciones lo representa el respeto, el cual encierra una superficie de gran extensión. Sin embargo, en la época del enamoramiento, cuando se busca agradar, cuando se intenta ser lo más comprensivo y tolerante posible, es factible que dejemos pasar acciones que luego nos cuesta establecer los límites.

Es crucial no dejarnos llevar por nuestras emociones, es importante que el racionamiento no se pierda de vista en medio de todas las hormonas que están en su punto de mayor expresión. Para poder establecer límites en cuanto a lo que estamos dispuestos a permitir, bien sea estableciendo acuerdos o rescatando acciones en las primeras de cambio.

Si vamos dejando pasar las cosas, porque no nos molestaron tanto, por no querer ser fastidiosos, por esperar a ver si se ponen peor o por miedo a que nos dejen por establecer condiciones claras y exigir respeto, resulta muy probable que en corto tiempo nos veamos envueltos en desagradables situaciones, que se pudieron haber evitado en caso de haber actuado oportunamente.

Cada persona tiene sus particularidades, tiene sus cosas negativas, pero debemos estar claros en lo que estamos dispuestos a aceptar y evitar que esto desmejore nuestra vida. Unas de las cosas más importantes que se debe conseguir en la pareja son refugio, tranquilidad, confianza, solidaridad. Cuando vemos acciones que demuestran que el otro no está jugando en nuestro equipo, debemos hacer una llamado de atención y establecer los límites necesarios.

Por ejemplo el trato durante una discusión, el control que ejerza la otra persona en nosotros, la canalización de los celos, el trato que nos ofrezcan delante de los demás, la forma de hablar de nuestras personas importantes, son puntos que deben llamar la atención si se llegan a desviar de lo que nos parece aceptable (y no desde el punto de la resignación, sino que esté dentro de los parámetros que tenemos).

No importa si esa persona está acostumbrada a hablar de mala manera con los demás, pero si a nosotros nos incomoda, debemos plantearlo a la primera. Podemos ver como inofensivo que nos revisen nuestro teléfono móvil o nuestro ordenador, pero estas acciones son un abuso de confianza y con el tiempo más que desgastantes.

No podemos calmar las inseguridades del otro a costa de nuestra libertad. No podemos disimular que no nos agrada cómo nos tratan y dejarlo pasar, no podemos dejar pasar cosas que nos incomoden por no incomodar al otro. Si no aceptan nuestros términos desde un principio, nos ahorraremos tiempo y energía en algo que no iba a resultar grato para nosotros y si se generan acuerdos tempranos, sencillamente se trabajará en conjunto por lo que se quiere.

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

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