RINCÓN del TIBET

Siembra tu jardín de amistad

Siembra tu jardín de amistad

Amigo es  una palabra muy común en nuestro vocabulario, la decimos sin parar  día tras día, usualmente a las personas que conocemos de hace algún tiempo atrás pero en realidad ¿qué es la amistad?, esa relación tan bonita que forma familias del corazón, del alma, que con el pasar de los años se fortalece, pero también puede llegar a debilitarse incluso llegar a desaparecer.

Mientras la  vida transcurre  llegamos  a conocer muchísimas personas que nos hacen ver el presente de distintas perspectivas, que nos ofrecen confianza, amor y apoyo en los momentos difíciles, quienes cuando estamos enfermos pasan las noches en vela cuidándonos y quienes cuando estamos en el suelo nunca nos dejan solo, tendiéndonos un hombro para llorar, un paragua para los días lluviosos y una sonrisa para aquellos momentos no tan felices, es una buena definición para darle a la palabra amigo, ése que luego con sus acciones nos demuestra que ya dejo de serlo y ahora es un hermano.

 El amigo ha de ser como la sangre, que acude luego a la herida

sin esperar a que le llamen.- Francisco de Quevedo

 

Muchas veces somos rápidos en criticar a una persona, en juzgarla y descartarla por  cualquier  motivo que no sea de nuestro agrado, muchas veces nos quejamos de que no tenemos buenos amigos, o no tenemos a alguien con quien contar pero nos podemos preguntar: ¿Somos buenos amigos?.

Es muy sencillo ir por la vida cometiendo errores y buscándole dueño a esos errores que nos pesan, son pocas las veces que reconocemos que somos malos amigos, y que tal vez en los momentos difíciles de las personas con quienes compartimos la vida no hemos estado, ¿pero quién de verdad tiene la valentía para pedir disculpas cuando se equivoca?, ¿quién es el primero en alzar la mano para admitir un error? Y es que errar es de humanos y ser amigos también, por lo que antes de apuntar con un dedo a ese amigo que tanto quieres autoevalúate ¿Qué tan bueno eres siendo un amigo?

El tiempo no puede retrocederse y esa es una realidad que no podemos cambiar, las amistades sí pueden recuperarse, sin ego, con amor y paciencia, como cuando plantamos una flor, ponemos las semillas, y con la mayor dedicación vamos día tras día al jardín, la regamos con la esperanza de que florezca y crezca sana, la cuidamos para que ningún animal venga y la lastime, nos sentamos a ver cómo crece y se convierte en la flor más hermosa de todo tu jardín. Planta en el jardín de tu vida mucho amor, réstale el rencor y solo atrae sentimientos positivos que hagan de ti una mejor persona.

Si hay algo que he aprendido, es que la piedad es más inteligente que el odio, que la misericordia es preferible aún a la justicia misma, que si uno va por el mundo con mirada amistosa, uno hace buenos amigos.-  Philip Gibbs

N.G.

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