RINCÓN del TIBET

Algunos tiempos te harán preguntas y otros darán respuestas

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Ten paciencia, algunos tiempos te harán preguntas y otros te darán respuestas

El poder aclarar las preguntas que se nos presenta, el tener a la mano toda la información que requerimos en un momento determinado, puede sin duda ser anhelado por muchos, especialmente cuando nos enfrentamos a una situación que de cierta manera nos roba la paz.

La paciencia es una facultad que debemos cultivar, la mayoría de nosotros somos impacientes por naturaleza, queremos resultados ya, queremos las respuestas de todas nuestras preguntas, esos tiempos desde que sembramos hasta que cosechamos se pueden hacer interminables. Pero el truco está en confiar, cuando confiamos en que los resultados que obtendremos serán positivos, dejamos de esperar desde el miedo y la incertidumbre y lo hacemos desde la esperanza, desde la emoción de que algo bueno está por ocurrir.

En la vida pasamos por diferentes períodos, algunos de ellos nos invitan a actuar, otros nos invitan a esperar, otros nos hacen preguntas y otros nos dan respuestas, esto suena perfecto y lo sentiríamos así si tan solo supiésemos distinguir las diferencias entre esos tiempos. Pero no es tan complicado, solo debemos estar conscientes del proceso, debemos poder cerrar los ojos y sentir si lo que hemos hecho ha sido suficiente, si la pelota está del otro lado o si por el contrario podemos aun hacer o dar un poco más.

Solo nosotros podemos saber cuándo es suficiente, cuándo hemos dado demasiado, cuándo estamos arriesgando más de la cuenta. Pero el truco está en responder desde el corazón, no desde el ego cargado de prepotencia, de miedo, de necesidad de aprobación o ganas de demostrarle al mundo de lo que somos capaces. Por eso es crucial distinguir esas voces internas que nos hablan y saber cuál es su origen.

Cuando el mensaje nos da paz, cuando nos sentimos a gusto con lo que oímos y a partir de ello tomamos acciones, entonces estamos colocándonos en el mejor lugar. Si por el contrario sentimos angustia, zozobra, tristeza, desesperanza o alguna otra emoción que se convierta en un factor perjudicial para nuestro bienestar, debemos revisar el mensaje y calmar la fuente.

La vida se trata de cerrar los ojos y abrir las manos. Todo lo demás está hecho de rencor y rencillas. No vale la pena detenerse en eso.  – Ángeles Mastretta

Debemos evitar el drama en nuestras vidas y con drama entendemos ese contenido que coloca una nube negra sobre todo, que no es capaz de confiar, que no es capaz de esperar con buena actitud, que no es capaz de amar sin recelos, que no es capaz de dar sin egoísmo, que no es capaz de apreciar algo positivo en el otro sin envidia y que no es capaz de sentirse a gusto con la vida porque a todo encontrará un punto de quiebre.

La vida es un regalo y es muy simple si decidimos mirarla de esa forma, no te apresures, no tienes que quedarte estático, fluye con cada uno de tus procesos, pero está consciente de que muchas veces no tendrás la respuesta que quieres en el tiempo que lo deseas y eso no está mal. Aprovecha ese tiempo y espacio para hacer otras cosas, ese período te da la oportunidad de prepararte para asumir un reto determinado, que quizás de haber obtenido respuestas antes no hubieses podido responder de la mejor manera.

¿Por qué aguardas con impaciencia las cosas? Si son inútiles para tu vida, inútil es también aguardarlas. Si son necesarias, ellas vendrán y vendrán a tiempo     – Amado Nervo

Viva a plenitud y no presiones nada, los mejores resultados los obtendrás en estado de relajación y de confianza hacia la vida, ya verás que todo encaja, que todas tus preguntas tenía una respuesta y que todo parece formar parte de un plan perfecto que de no forzarlo nos conduce siempre al crecimiento y a la felicidad y si te preocupa… también nos conduce a las personas con quienes debemos estar.

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

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