Te amo, pero tú no me correspondes
Amar y no ser correspondido es una de las situaciones más dolorosas por las que podemos pasar. En general, no nos gusta que nos rechacen, ya que eso nos hace sentir poca cosa, nuestra autoestima se cae al suelo y nos sentimos de todo menos deseados.
A pesar de todo esto, de toda situación negativa se puede sacar algo positivo. Puede que nos duela esta situación en la que no nos sentimos correspondidos y que suframos, pero también podremos aprender valiosas lecciones, nos enriqueceremos y también nos esclareceremos.
Quisiera que me amaras con la misma intensidad que me ignoras
¡Me frustra tu indiferencia!
Cuando queremos a alguien y no nos sentimos correspondido es obvio que la frustración va a hacer acto de presencia. Incluso, podemos llegar a enfadarnos con la persona que no nos ama y llegar a culpabilizarla por lo que nos está haciendo sentir.
Piensa que nadie puede obligar a nadie a amarle. Es algo que sucede o no, y es mucho mejor que sean sinceros contigo que vivir una relación de mentira donde solo una de las dos personas ama de verdad.
Las ilusiones son muy fuertes, las esperanzas también. Es normal que suframos, que intentemos autodestruirnos pensando en lo que podrá ser, en que hay esperanza, etcétera. Pero, esto solo hará prolongar nuestro dolor.
Sé que es difícil abrir los ojos. ¡Quién no quisiera en estos momentos tener el corazón de piedra! Así no sentiríamos, no padeceríamos. No nos dolería la indiferencia. Pero, aunque duele, el tiempo logrará hacernos olvidar y sanar ese dolor que ahora parece insoportable.
Cuando te conocí me enamoré de ti, pero nunca pensé que lloraría por ti
Esta no correspondencia del amor puede sucederse cuando nos enamoramos de alguien que no nos corresponde, o cuando hemos estado con una persona que ha dejado de estar enamorada de nosotros. Esto suele ocurrir en relaciones que duran mucho tiempo y que, en determinado momento, se les “acaba el amor”.
Aceptar es complicado
Aceptar que no somos correspondidos es algo difícil y bastante complicado. Esto sucede sobre todo cuando el desamor se produce tras una relación en la que hemos estado. Si nunca hemos estado con esa persona es mucho más fácil, pues no hay nada que hacer. Pero si ya hemos estado con ella, ¿cómo afrontar este giro de los acontecimientos?
Para empezar, no debemos insistir en esa relación que está claro no va a volver a ser como antes. Si alguna vez has sufrido de desamor, sabes que es imposible volver a sentir ese amor de nuevo. Nunca se va hacia atrás, siempre hacia delante.
Son nuestros sentimientos los que mandan y por mucho que nos empecinemos, no vamos a lograr que el amor vuelva a surgir en la otra persona.
Es difícil, pero debemos afrontar la situación con entereza. Sufriremos, claro está, pero esto nos ayudará a madurar. El problema de que suframos cuando nos dejan de amar es fruto del apego que sentimos hacia esa persona. Ella era nuestro mundo, todo giraba en torno a un nosotros. Ahora apenas queda el “tú” y el “yo”.
No esperes mucho, no te ilusiones mucho, no te enganches mucho, porque ese mucho, duele mucho
Es imposible no sentirnos dolidos, pues tenemos sentimientos y las cosas duelen. Pero, al igual que las cosas buenas, todo se supera, y todo forma parte de nuestro aprendizaje como personas.
Aprender a aceptar la situación te ayudará a madurar, mirarla como un aprendizaje o una nueva experiencia vivida te permitirá crecer como persona.
Piensa que no es totalmente una desgracia no ser amado. Todo tiene sus consecuencias y no siempre es todo como queremos. Es mejor haber amado alguna vez que no haber amado nunca. Al menos que ahora pases un mal momento significa que hubo tiempos mejores que disfrutaste anteriormente.
Que alguien no te corresponda o no esté enamorado de ti, no significa que todo entre vosotros se rompa. Si aprendes a aceptar la situación en vez de romperse, vuestra relación se transformará.
Creceréis, crecerás y lograrás vivir una nueva experiencia en la que tendrás que aprender a aceptar. Con esto madurarás, te harás más fuerte. Ve la vida con optimismo y sácale siempre a todo su lado positivo. Porque, ¿sabes qué? Lo tiene.
El amor jamás se pierde, si no es correspondido, retornará, suavizará y purificará el corazón
-Washington Irving-