Sufro una crisis de identidad
Quizás hayas sufrido más de una crisis de identidad, pero nunca has sabido identificarlas. Las crisis de identidad en ocasiones se ven camufladas tras angustia, ciertos temores, incapacidad para tomar decisiones, repeticiones inconscientes, ansiedad, entre otras muchas cosas.
Normalmente, las crisis de identidad surgen cuando nos hacemos preguntas trascendentales. Todos, en algún momento de nuestra vida, nos hemos sentido como sin saber realmente quienes somos.
Las crisis de identidad pueden surgir en las siguientes circunstancias, aunque seguro que se podrían añadir muchas más:
- A la edad de los 30 años o 40 te planteas qué has hecho con tu vida hasta este momento.
- Un cambio brusco en la vida, como puede ser un divorcio o la muerte de alguien.
- Situaciones en las que empiezas a dudar de ti mismo.
- Circunstancias que te generan sentimientos de vacío, de soledad, de extrañeza…
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No sé quién soy
Cuando sufres una crisis de identidad, que puede originarse por diversas circunstancias, empiezan a surgir dudas sobre tu persona y te cuestionas quién verdaderamente eres.
Pero esto no lo es todo. Las personas que sufren de una crisis de identidad se sienten solas en muchas ocasiones. Sienten que no pertenecen a ningún sitio, sienten cómo la soledad les abruma constantemente.
En muchas ocasiones, suelen apartarse y alejarse de los demás, pues no encuentran su sitio. Se encuentran ellos mismos desconcertados antes esta situación, sin poder hacer nada al respecto.
Es un momento de reflexión que debemos aprovechar para conocernos mejor. Bien es cierto que estar en esta condición no nos agrada, pero nos puede permitir ver qué queremos lograr en nuestra vida.
Sí es cierto que nos alejaremos, que nos apartaremos de los demás y que no lograremos encontrar nuestro hueco en la sociedad. Pero, podemos aprovechar este alejamiento para conocernos mejor y labrar el camino que vamos a querer seguir a partir de ahora.
En muchas ocasiones, sentirás que el tiempo pasa y que lo estás perdiendo en estas dudas e inseguridades que ahora te cubren. No te preocupes. Esto es pasajero. Las crisis de identidad no duran toda la vida, aunque sí se suceden varias veces a lo largo de nuestra vida.
Te he buscado para saber quién soy, y yo no sé quién soy yo
-Hanni Ossot-
Encontrando tu propio yo
Las crisis de identidad son un momento de inflexión que podemos aprovechar para echar la mirada atrás y ver qué hemos hecho hasta el momento, quién hemos sido hasta ahora.
Cuando hagas esto, serás consciente de lo mucho que tus experiencias te han cambiado, de cómo todo te marca y va formando tu personalidad, quién eres hoy en día.
Observa qué has aprendido, cuánto has sufrido, qué te ha dado más alegrías, qué cosas has hecho y cuáles aún tienes pendientes de realizar.
Las crisis pueden significar un momento ideal para reflexionar sobre lo que has sido y sobre lo que serás, aceptando los cambios, aceptando los momentos de mayor dolor.
Esto no es más que un cambio más, en ocasiones todo ha cambiado tan deprisa que es normal que necesites un momento de inflexión, un momento en el que te veas obligado a parar.
Encuentra tu propio yo y actúa con cabeza. En ocasiones hablamos de la crisis de los 40 y de cómo las personas empiezan a vivir la vida como si fueran mucho más jóvenes.
No debemos volvernos locos, no debemos sentirnos mayores… Es una crisis, una crisis de identidad para reflexionar y para pisar aún más seguros en la larga vida que aún nos queda por vivir.
Que es normal sentirse mayor, que es normal sentir que la vida se te escapa de las manos… que es normal que no sepas ni quien eres…
Es normal y tú debes saber controlar esta situación. Aprovéchala y utilízala a tu favor. No te eches las manos a la cabeza ni te vuelvas loco. Las crisis de identidad pueden servir para conocernos y redirigir nuestra vida.
Sé hacia donde voy y conozco la verdad. No necesito ser quien quieren que sea. Soy libre para ser lo que quiera
-Muhammad Ali-