Sigues ocupando los espacios de mi mente, aunque haya decidido alejarme
El liberarnos de un amor o de una relación intensa no resulta sencillo en la mayoría de los casos, nuestra mente sigue ocupándose en el asunto, inclusive tomamos acciones que van en contra de nuestra decisión de cerrar un ciclo y vamos por un nuevo intento y podemos reincidir no una, sino muchas veces.
Entre tantos intentos podemos sencillamente entregarnos a esa situación, al menos creer que aun cuando no terminamos de encajar, no lo haremos con nadie más y decidimos permanecer, o bien esa se vuelve la dinámica de nuestras vidas, un ir y volver que siempre termina en lo mismo, porque básicamente somos los mismos repitiendo acciones y reacciones, quizás pensándonos un poco más maduros, pero bajo un poco de presión, aquello que llevamos dentro, simplemente aflora.
El tercer escenario, muchas veces es el más sano para ambas personas, donde se produce una distancia que se sostiene en el tiempo y permite que la vida realmente continúe, donde ambos se están ocupando en sus vidas y dando cabida a una nueva relación. Pero independientemente de lo que ocurra, de cuánto se extrañe la decisión de estar lejos, prevalece.
En la distancia podemos especialmente reencontrarnos con nosotros mismos y podemos darnos cuenta del rol que realmente jugaba esa persona en nuestra vida. La introspección nos permite reconciliarnos con lo que somos, ocupando nuestra mente en lo que queremos y nos ubica en una mejor posición para poder atraer a nuestras vidas lo que necesitamos.
El aceptar que una relación no nos conviene, que nos resta en cualquier sentido, no es sencillo, nadie invierte o apuesta con intenciones de perder, al menos no de manera consciente. Cuando alguien pasa a formar parte de nuestras vidas, desalojar el espacio puede resultar arduo y doloroso. Pero dejemos pasar la ola del momento y esperemos a que el mar se calme, que nuestra mente y nuestras emociones se aquieten y desde allí se nos va a hacer mucho más sencillo el tomar las mejores decisiones, el evaluar nuestro comportamiento y el determinar si efectivamente la relación demanda ser acabada por el bien de ambos.
El olvido muchas veces no llega, solo logramos distanciar las manifestaciones de nuestra mente añorando a quien está acostumbrado, pero si decidimos sentirnos bien y alejar el drama innecesario, podemos superar cualquier separación sintiendo mucho menos dolor. La vida continua, hay mucho camino por recorrer y las personas con las que debemos transitarlo no llegan por casualidad, somos las que necesitamos en cada etapa, a veces la misma para toda la vida a nivel de pareja y otras veces, diferentes corazones desfilarán en nuestra compañía y lo importante es querer dar siempre lo mejor y aprender a soltar cuando sea necesario.
Si sigue ocupando un espacio importante en tu mente es porque todavía no has dejado ir a esa persona…
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet