RINCÓN del TIBET

Para estar rodeado de personas falsas, es mejor estar solo

personas falsas

Resulta mejor estar solo, que rodeado de personas falsas

Es cierto que la soledad puede hacernos sentir mal en algunos momentos, especialmente cuando no sabemos apreciarla, cuando no encontramos en nosotros mismos todo aquello que normalmente buscamos en los demás. Pero más allá de lo que podamos sentir en soledad, sin duda ella resultará un privilegio, aun no siendo el estado ideal para algunos, en comparación a estar rodeados de personas falsas.

Las personas falsas solo simulan estar, no tienen una intención firme de hacerle bien a quienes le rodean, sino que por el contrario siempre llevan intenciones ocultas, donde los únicos beneficiados por sus acciones resultan ellos mismos.

Ciertamente la honestidad no es un valor presente en todos los seres humanos, al menos no en todo momento, sin embargo hay escalas y sobre todo hay propósitos. Habrá mentiras que no tengan efectos importantes, mientras que habrán fachadas completas que nos harán perdernos junto a alguien que creíamos de alguna manera, mientras realmente era algo totalmente diferente.

No tenemos un detector de mentiras, ni de honestidad, al menos no que sepamos manejar a la perfección. Porque en efecto si nos acostumbramos a ser guiados por nuestra intuición, muchas veces sentiremos que las cosas no son como en realidad se nos presentan y así como en algunas situaciones, como imanes nos unimos a algo, como ellos mismos pero con la interacción de otros polos, sentimos rechazo.

El detalle es que no todos tenemos una intuición desarrollada y a veces no nos daos cuenta de las señales con antelación. Sino ya cuando nos vemos afectados de manera directa por la mentira, por el engaño, por la hipocresía y el cinismo de las falsas personas. Que normalmente han venido tejiendo una red completa de donde es inevitable verse cautivo.

“La única cosa peor que un mentiroso es un mentiroso hipócrita.” ― Tennessee Williams

La decepción siempre duele, pero estemos convencidos, de que nada resulta peor que vivir en una mentira, vivir en una ilusión, cerca de alguien que sencillamente no tiene algo mejor que ofrecernos que falsedades. Veamos la decepción de descubrir el engaño de las personas falsas como la salida de emergencia de una situación que sin duda no nos favorece, más allá de la lección que podamos rescatar de ella.

Seamos honestos, llevemos nuestras verdades en alto y procuremos en la medida de lo posible, no engañar a quienes depositan su confianza en nosotros, la honestidad a veces cuesta, pero su valor lo justifica el esfuerzo. Si hemos estado expuestos a los largos tentáculos de las personas falsas, agradezcamos la oportunidad de conocer un poco más acerca de la naturaleza humana , así como la posibilidad que se nos presenta de decidir alejarnos y valorar una digna soledad, al menos mientras llegan las personas que aportarán algo mejor a nuestras vidas.

 

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

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