Quien es fiel, no condiciona su afecto a las circunstancias
La fidelidad es una decisión y no debe ser condicionada. En las relaciones personales, específicamente en las de pareja, si no se han establecido otros acuerdos, la fidelidad es uno de los pilares que sustentará la relación. La fidelidad encierra el escoger a la misma persona en cualquier escenario y que sea esa misma persona que escoges, a quien te comprometiste a serle fiel.
Muchas personas justifican sus actos de infidelidad basados en las circunstancias, que la mayoría de las veces consciente o inconscientemente, son provocadas para tener la coartada perfecta. Quien se escuda detrás de una situación, argumentando ser lo que ha detonado la infidelidad, aparte de deshonesto, normalmente es cobarde.
Una persona que no es capaz de asumir sus errores y responsabilizarse por sus consecuencias, aun cuando en el caso de la infidelidad, puedan ser una ruptura definitiva, tendrá la potencialidad de manipular, de mentir y lo que considero el peor escenario, puede ser capaz de culpabilizar a la víctima de lo ocurrido.
Ciertamente todo lo que ocurre en una pareja es responsabilidad de ambos, sin embargo, en los casos de infidelidad en la pareja, la cuota de quien ha sido engañada está asociada a la confianza entregada, a la apuesta por algo que resultó en pérdida.
El respeto no debe estar condicionado. El estar en una situación de crisis no justifica una infidelidad, el estar distanciados no justifica un engaño, el estar molestos no justifica el encontrar la calma en otro lugar. Si una persona debe tener las condiciones perfectas para amar, para respetar, para seleccionar la opción de la fidelidad, muy probablemente sea incapaz de sostener relaciones firmes, con algún tipo de proyección en el tiempo.
Normalmente una persona se encuentra vinculadas y condicionadas con otra por elección, todas los nexos pueden romperse si una o ambas partes decide que así sea. A partir de ello, cabe realizarse algunas preguntas antes de ser infiel:
¿Amo a mi pareja?
¿Me gustaría que mi pareja estuviese haciendo lo que yo tengo en mente hacer?
Desde mi punto de vista, ¿mi pareja se merece mi engaño?
¿Podría ser menos egoísta y en lugar de engañar a mi pareja, debería considerar romper la relación?
¿Mis sentimientos están condicionados a los factores externos, de los cuales pienso que no tengo el control?
¿Las grietas que genere se podrán sellar?
¿Estoy preparado para perder a mi pareja, en caso de que mi infidelidad se vea al descubierto?
¿Realmente considero que mi infidelidad, puede estar argumentada en las circunstancias?
¿Soy responsable de mis sentimientos?
¿Soy responsable de mis acciones?
¿Estoy sembrando lo que me gustaría cosechar?
Y cada quien a título personal puede hacerse cualquier pregunta adicional que le haga un llamado de atención y se convierta en una invitación a reflexionar acerca de: sobré qué se está basando la relación y cuáles son los resultados esperados con lo que se está haciendo.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet