RINCÓN del TIBET

9 maneras de fomentar la autoestima de nuestros niños

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¿Qué podemos hacer para fomentar la autoestima de nuestros niños?

Los niños son el tesoro más grande que podemos manejar, no como una hermosa metáfora, sino por el valor que tienen en el presente y lo que representarán a futuro como seres humanos.

Venimos todos este mundo sin prejuicios, sin limitaciones, sin miedos, sin fronteras, pero a lo largo de la vida, algunos más pronto que otros, nos vamos adaptando a un sistema de muchos, que no vale la pena en este momento clasificar, lo que vale la pena rescatar, es que ese sistema, por ser normal, no necesariamente es bueno, ni está a favor de quienes somos en realidad.

Asumiendo que no tenemos mayores opciones y aun cuando no estemos muy de acuerdo tenemos que encajar dentro de ciertos parámetros sociales, es nuestra responsabilidad crear y fomentar vías alternas, para nosotros como adultos y directores de nuestras vidas, pero en especial para los más pequeños, los que están a nuestro cuidado, esas personitas cargadas de ilusiones, de sueños, de esperanzas.

Muchas veces los adultos que rodean a un niño son los que castran sus sueños, los que los invitan a una realidad, que como todas, ni siquiera es absoluta, porque todas las realidades coexisten simultáneamente, aquella en la cual alguien tiene una vida llena de tristeza, abusos, desengaños y sacrificios y otra en la que impera el amor, la gratitud, las oportunidades, los sueños y una vida armónica y protectora. Las dos existen, con cual nos identificamos es otra cosa y más importante aún, con cuál haremos que esa mente en formación se identifique es crucial.

Una de las mejores inversiones para el mundo en el cual vivimos es fomentar y desarrollar la autoestima de los niños, especialmente a los que tenemos mayor acceso, nuestros hijos, nuestros sobrinos, nuestros alumnos o vecinos, para ello hay muchos recursos, acá les presentamos una recopilación de solo algunos, pero servirá cualquier cosa sana que dibuje una sonrisa en esos pequeños rostros.

  1. Hablarles con cariño: Son pequeños, no deben conocer lenguaje diferente al del amor, algunas veces estamos cansados, pero somos los adultos, acostumbremos a los niños a ser respetados y amados, comenzando con la manera en la cual se les trata.
  2. Dedicarles tiempo: Jugar con ellos, contarle historias, escucharlos e inclusive observarlos mientras hacen sus descubrimientos, juegan y aprenden, no solo es un beneficio para ellos, sino para quien tiene el privilegio de recibir esa energía.
  3. Darles y demostrarles importancia: Para todos los que tienen niños, quizás ellos sean lo más importante de sus vidas, pero no siempre llegan a demostrárselos, es crucial que ellos se sientan respetados, que sus opiniones sean escuchadas, que sientan que su importancia no es directamente proporcional a su tamaño.
  4. Reconocerles sus triunfos: Todo aprendizaje lleva tiempo, si tenemos paciencia y somos observadores, podemos ver los muchos  triunfos que tienen los niños desde su más temprana edad y debemos fomentarlos y aplaudirlos.
  5. Mantener su higiene personal: Los niños deben tener libertad de ensuciarse en un parque, correr, arrastrarse por el suelo, explorar con sus manitas todo lo que les despierte curiosidad, pero al final de la diversión, ellos deben acondicionarse, deben saber que alguien se encarga de ellos por su salud y apariencia y  crecerán manteniendo sus buenos hábitos.
  6. Darles pequeñas responsabilidades: A medida que crecen es importante fomentar la responsabilidad, los hace sentir participes e importantes en la dinámica familiar el adoptar algunas pequeñas labores. Esto potencia la responsabilidad, la confianza y los hace colaboradores con su entorno.
  7. Fomentar sus sueños: Impulsarlos a ser lo que quieran ser, que se convenzan de que siempre van a poder alcanzar lo que desean y que somos los primeros en creer en ellos, pero que tienen dentro la magia que es capaz de hacer realidad todos sus sueños. Sin miedo a que se desilusionen en el futuro, porque si ellos realmente lo creen así, de esa manera pasará.
  8. Cuidar sin sobreproteger: La sobreprotección limita, quizás podamos evitar algunas lágrimas, algunos raspones, algún susto, pero con ello estamos cortando de a poco sus alitas.
  9. Hablarles en positivo: Acostumbrarlos a recibir mensajes positivos de su mundo exterior e inculcar que ese mismo tipo de mensajes son los que deben recibir de sí mismos.

Cuidemos a nuestros pequeños, serán los cuidadores del mundo en un futuro, procuremos su bien por sobre todas las cosas, preservemos su inocencia, su pureza y ese contacto que tienen con lo que en realidad somos, que vamos perdiendo con el transcurrir del tiempo. Alimentemos sus ilusiones, como nos hubiese gustado que lo hiciesen nuestros adultos con nosotros en su momento, formemos personitas que a futuro no tengan que recuperarse de sus infancias.

 

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

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