Puede que la navidad no sea para todos, pero el dar y el agradecer, sí
Ciertamente la navidad se celebra en algunas religiones cristianas, pero independientemente de las creencias, para todos puede ser un buen momento para reflexionar, para mirar cómo la humanidad puede volverse por al menos unos días, un tanto más generosa, más servicial, con capacidad de compartir, de dar y de agradecer.
Siendo todas ellas características propias de nuestra esencia, lo que no debería ocurrir es que dichas virtudes caduquen o tengan un período de vigencia en cada uno de nosotros que logra experimentarlas por algunas fechas especiales.
Ciertamente para todos parece funcionar mejor cuando nuestro corazón se abre hacia los que lo necesitan, cuando todo parece de cierta manera compensarse, el que tiene más colabora con el que tiene menos, el que está solo recibe la visita y el afecto de quienes le aman, el que no es capaz de voltear a su alrededor para ver los problemas de los otros, hace una pausa y decide empatizar y ayudar y todo tiene una dinámica más armónica.
¿Por qué no extendemos ese aparente entendimiento de cómo debemos ser a lo largo del nuestras vidas? Seguramente los resultados que obtendríamos nos haría mejores a niveles generales, nos daría la oportunidad de dar lo mejor de nosotros y sí la mayoría hiciese lo mismo, seguramente tendríamos menos en el mundo de lo que no nos gusta apreciar, ancianos solos, niños desamparados, personas pasando hambre o pasando frío, en fin… seríamos un equipo llamado humanidad, generando equilibrio.
Puede que no creamos en la navidad o lo que ello representa, pero para todos se puede aprovechar la época para creer en la humanidad, en su naturaleza y no en su fachada, en lo bueno de sí, que es permanente, que va más allá de una fecha específica.
Adicionalmente, aun sin celebrar estas fechas, podemos tomar la ocasión para dar gracias por todas las bendiciones que llueven en nuestras vidas y que muchas veces ni siquiera somos capaces de notar, demos gracias por la oportunidad de estar acá viviendo esta experiencia y procuremos hacerla cada vez más mágica, sin miedos, sin cargas pesadas, solo con la consciencia de que es un regalo que se nos fue otorgado, para hacer con él algo maravilloso.
Aprendamos a dar lo mejor de nosotros y de esta forma, y no con dicho fin, el universo se encarga de darnos de regreso todo lo mejor… Cuando sabemos dar y cuando somos capaces de agradecer, todo comienza a fluir de manera especial en nuestras vidas, vemos las cosas desde un punto de vista de mayor consciencia y nos hacemos parte de la armonía general que tanto pide nuestro mundo.
Aunque para todos la navidad no tenga el mismo significado, aprovechemos esta época para dar, amar, agradecer y reconciliarnos…