RINCÓN del TIBET

Pretender tener niños adultos le haces mal a ellos…

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Pretender tener niños adultos deriva en una gran soledad para el niño…

Observamos de manera alarmante, como hoy día, los padres desarrollan casi naturalmente, la tendencia pretender que los niños sean completamente independientes, cada vez más autónomos y que puedan accionar de manera rápida en cada espacio de su vida.

Pretendemos que aprendan rápido sus rutinas, que sepan hacer casi todo solos, que necesiten de nosotros lo menos posible y que nos demos cuenta o no de ello, crezcan rápido.

Nunca es demasiado tarde para tener una infancia feliz . Tom Robbins

De alguna manera, hemos confundido el beneficio de que el niño sea independiente, con la necesaria comodidad de los padres. Los padres agotados, cansados de lidiar con tantas situaciones en la vida, pretenden llegar a casa y que sus hijos sean capaces de atenderse, de resolver como adultos muchas situaciones, que sepan asearse, hacer su tarea solos, comer solos y que no molesten a la hora de dormir pidiendo compañía de sus padres… ¿es esto provechosos para los niños…o para los padres?

Evidentemente, es necesario que el niño aprenda a ser independiente en muchos principios básicos de su vida, de su cuerpo y de sus hábitos, sin embargo, vemos hoy día la pugna que existe entre la idea de pretender formar niños muy independientes, frente a las teorías de la absoluta necesidad de compañía y presencia de los padres en muchos espacios de la vida de los niños.

Siempre hay un momento en la infancia cuando la puerta se abre y deja entrar al futuro. Graham Greene

Dormir con nuestros hijos, acompañarles a conciliar el sueño, recibirlos de la escuela o poder conversar con ellos al llegar a casa, compartir el almuerzo o alguna comida al día, jugar con el, ayudarle en sus tareas…miles de tareas y actividades diarias, que día a día, en gran medida, vamos delegando al niño únicamente, sin darnos cuenta, de que lo estamos dejando solo.

Es bien sabido, que la sociedad actual demanda más de lo que puede ofrecer, los padres trabajan largas horas y los espacios de compartir en familia suelen ser muy reducidos, sin embargo, la mayoría está en casa con sus hijos, mucho o poco tiempo, el caso es que aunque estemos con ellos deseamos que ellos hagan sus propias cosas, que atiendan sus necesidades y que nos molesten o perturben lo menos posible y nuestra excusa es que el niño es bastante independiente, de hecho nos enorgullece decir que nuestro hijo prácticamente no nos necesita para  nada.

No siempre podemos construir el futuro de nuestra juventud, pero podemos construir nuestros jóvenes para el futuro. Franklin D. Roosevelt

No es cuestión de necesidad, es más bien observar el por qué tantos niños hoy día tienen la mirada triste, crecen apurados, son “muy maduros para su edad”… ¿no será que le estamos robando la niñez?… ¿que estamos exigiendo ahorrarnos muchas etapas en las cuales nos requieren más de lo que muchas veces deseamos estar?…

No olvidemos que los niños son eso, niños, no pueden ser adultos pequeños, probablemente si logran disfrutar de su niñez, no deseen ser un adulto precoz, quizás prefieran dormir con sus padres o ser más abrazados, ser más acariciados, que se les explique con amor, se les oriente y de cuando en cuando se les recuerde que son niños y que ello, les da el derecho de vivir como tales.

No hay que pretender que nuestros hijos son unos adultos, no lo coloquemos en una situación de soledad por comodidad, dejémoslos ser niños y démosle compañía mientras ocurre.

 

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