¿Por qué nos enganchamos a personas que no nos corresponden?
Esto no le ocurre a todo el mundo, pero muchos de nosotros podemos identificarnos con el hecho de estar enganchado a alguien y que nos cueste renunciar a esa persona que nos interesa, a pesar de que no somos correspondidos.
Lo cierto es que aceptar que la persona en la cual hemos fijado nuestra atención, no nos considera para tal fin, resulta un tanto complicado. En estos casos podemos hacernos mucho daño en el proceso de intentar hacer cambiar de opinión a quien no desea ofrecernos algo de lo que sentimos o estamos dispuestos a ofrecer, de vuelta.
Motivos por los cuales podemos engancharnos a esas personas que resultan inaccesibles para nosotros:
1. Nos enganchamos porque asumimos que el no recibir lo que deseamos, es como un reto
El no ser correspondidos puede detonar en nosotros unas incansables ganas de luchar contra lo imposible, de demostrar nuestra capacidad de conquista y lo que normalmente se termina haciendo es forzar situaciones que normalmente no inspiran algo diferente al rechazo, la lástima o el miedo… Aunque también hay casos puntuales que terminan por lograr su objetivo, y lo irónico del asunto es que en la mayoría de estos casos, cuando logran captar la atención, son ellos los que deciden cambiar de rumbo.
1. Nos enganchamos porque hemos estado carentes de afecto
Cuando el no recibir afecto es lo natural, normalmente ocurre cuando hay rechazo por parte de los padres, ausencia de los mismos o escasas demostraciones de cariño y atención, podemos crecer con la idea de que el amor se disputa y hasta se mendiga. Evidentemente esto es una distorsión del amor que tiene sus orígenes en las etapas tempranas de vida y que debe trabajarse para no seguir atrayendo escenarios donde el amor nos cueste.
2. Nos enganchamos por desvalorización propia
El no considerar, consciente o inconscientemente, que nos merecemos un amor como el que estamos dispuestos a ofrecer, de vuelta, puede ser el origen de que nos podamos enganchar a personas que no han demostrado ningún tipo de intención de correspondernos.
3. Nos enganchamos porque necesitamos sentirnos aceptados
Para todos es importante la aceptación por parte de los demás, muchas veces más que la aceptación propia, lo cual hace poco viable el aceptar con naturalidad que a quien amamos, sencillamente no nos ame. Con un poco de reforzamiento de nuestro amor propio, poco a poco podemos desligarnos con mayor facilidad de esas experiencias que solo prometen un desgaste emocional y una mala inversión de recursos.
4. Nos enganchamos porque no aceptamos que nos han dejado de querer
Puede ser que a quien amamos, nos amó, pero ha dejado de hacerlo y nos aferramos a un pasado que no volverá. Para iniciar una relación se necesitan dos personas, pero para terminarla basta con que una de las dos no quiera seguir adelante y esto hay que asimilarlo y tomar las medidas menos perjudiciales.
Debemos aprender a reconocer lo que valemos y a darle cada quien el lugar que merece en nuestras vidas. No siempre seremos retribuidos en el amor y no debemos conformarnos con sembrar flores en jardines de quien no tiene intenciones de cuidarlas. Debemos identificar y aceptar cuándo no somos bien recibidos en la vida de alguien y saber reservar nuestro amor para quien esté dispuesto a retribuirlo.
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet