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Padres helicóptero: las consecuencias de la sobreprotección

Padres helicóptero: las consecuencias de la sobreprotección

Seguramente te estés preguntando ahora mismo qué quiere decir ser un “padre helicóptero”. La verdad es que este término ya surgió en el año 1969 de la mano de Haim Ginott quien escribió: “mi madre sobrevolaba sobre mí como si fuera un helicóptero“.

En cuestión de ser padres, suele haber dos extremos. El primero, son aquellos que suelen ignorar a sus hijos cuando tienen una rabieta, cuando necesitan nuestra atención, entre otras cosas. El segundo, son aquellos padres que tienden a sobreproteger a sus hijos. Esto abarca tanto a padres como a madres. ¿Quieres conocer más sobre ellos?

 

Cada vez que les sobreprotegemos les quitamos los anticuerpos ante su futuro

-Anna Mascaró-

Relación tóxica con los hijos

Los padres helicóptero tienden a preocuparse de forma excesiva por sus hijos, tanto que llegan a agobiarlos. Esto provoca una dependencia por parte del hijo que, aunque en un principio tienda a querer librarse de esta sobreprotección, más adelante no sabrá qué hacer sin ella.

¿Te imaginas a una persona de 20 años cuyo padre vaya a la universidad a solucionar los problemas por él? No es la primera vez que sucede y tampoco será la última. Estos hijos han vivido así y, por lo tanto, no son capaces de enfrentarse a sus padres o, incluso, de enfrentarse ellos mismos a sus problemas.

Es en estos casos cuando los padres salen en defensa de los hijos incluso ¡en su propio trabajo! Aunque esto ya es más extraño de ver, seguro que ¡alguno hay! ¿Sabes que estos padres son capaces, incluso, de tomar decisiones importantes por sus hijos? Algo inconcebible para todos nosotros…

Como se puede ver, este tipo de relación no es para nada saludable, ya que traspasa los límites y se convierte en una relación tóxica. Estos padres no conocen límite alguno en cuanto a edad ni estatus social. A ellos les da igual, lo ven como algo normal, aunque no saben el daño que les están haciendo a sus hijos.

Algunos sí, algunos no, ¿por qué?

Seguramente te estás preguntando ahora mismo por qué algunos padres desarrollan esta sobreprotección y otros no. La verdad es que puede haber respuestas de todo tipo, aunque las más habituales se pueden resumir en los siguientes puntos que a continuación te exponemos:

  • El hijo es una posesión valiosa: esto sucede cuando se tienen hijos a una edad tardía o cuando se ha pasado por varios tratamientos de fertilidad por problemas para llevar adelante el embarazo.
  • Todo es culpa de la presión social: aún hoy en día son muchos los padres que compensan la falta de cariño o atención con regalos. Esto ha originado una preocupación por esos padres tan distantes y ha ocasionado el efecto contrario: padres excesivamente preocupados.
  • Preocupación debida a la crisis: la crisis económica provoca que los padres se preocupen en que sus hijos se equivoquen y caigan en desgracia. Con esto, creen que sus hijos no serán capaces de lograr por ellos mismos lo que se propongan, por eso intentan acompañarles el mayor tiempo posible hasta que logren madurar.
  • Temor a que los hijos fracasen: relacionado con lo anterior, en esta sociedad tan competitiva, los padres tienen miedo a que sus hijos fracasen, por eso quieren “prepararlos” el tiempo que sea necesario.

Pero… si todo esto se lleva a cabo, ¿cuál es el resultado? ¿Hay algo positivo? La verdad es que nunca podrá salir nada positivo de una relación en la que un padre helicóptero no se da cuenta de lo mucho que le está haciendo daño a su hijo. El resultado es un padre frustrado y un hijo incompetente.

Padres frustrados, hijos incompetentes

Es agotador tener que vivir por dos personas. Por eso, los padres helicóptero acaban extenuados, cansados, sobre todo porque no ven el resultado deseado. Los hijos en vez de acabar siendo exitosos, acaban siendo personas verdaderamente incompetentes.

Lo peor de todo esto es que los padres no son conscientes de lo que han hecho mal, lo que los angustia aún más. Sus hijos acaban siendo miedosos, llenos de inseguridades, incapaces de tomar decisiones por ellos mismos y, lo peor, es que no saben cómo salir de todo esto.

Estas personas han sido educadas de determinada manera, no son capaces de ver otra forma de vivir sin la sobreprotección de sus padres. ¿El gran problema? Cuando los padres desisten y los hijos se ven solos ante el peligro. De hecho, muchos acaban pidiéndoles a sus padres que no les dejen solos.

Sobreproteger a un hijo puede evitar ciertos miedos a los padres, pero no a los hijos. Solo guíalo para que aprenda por sí mismo

Educa con sentido común, sin llegar al extremo de la desvinculación total emocional o la sobreprotección máxima. Los hijos deben aprender a lidiar con sus propios problemas, porque solo así se puede aprender, enfrentándonos por nosotros mismos a todo aquello que venga.

 

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