RINCÓN del TIBET

Padres adolescentes… niños criando niños?

Padres adolescentes… niños criando niños?

Cuando un adolescente tiene un hijo un capítulo de su vida termina, pero otro aún más sorprendente comienza. Autor desconocido

 

Bien es sabido que ningún bebé nace por puerta falsa, todos venimos al mundo de la misma manera, aunque cuando asumimos nuestro cuerpo en cada existencia, tomamos un traje, una personalidad, un destino, una vida ajustada a la sociedad, sin embargo, esto no nos hace diferentes al resto más que superficialmente.

En esencia todos nacemos de la misma manera y nos vamos de la misma manera, es decir, volvemos a nuestros orígenes porque uno es el principio y el fin, sin embargo, sabemos lo difícil que es asumir la paternidad y la maternidad y hoy día vemos a muchos jóvenes adolescentes y hasta casi niños asumiendo esta gran responsabilidad; se convierten en guías y en orientadores de esos pequeños seres, cuya vida les va a pertenecer hasta que tengan la suficiente razón para valerse por sí mismos.

Entonces nos preguntamos qué hacemos con niños criando niños? qué hacemos para enseñarles que si bien los hijos son la cosa más maravillosa que puede ocurrirnos todo tiene un justo momento?… todo tiene un debido tiempo y debemos aprender a ajustarnos a un plan de vida, un plan que no tiene que cumplirse a la perfección, un plan que puede ser flexible, pero que debe ser verdadero en la medida de lo posible.

Un hijo jamás va a ser un error, un hijo jamás puede ser un accidente independientemente de las circunstancias en las que llegue, sin embargo, podemos planear la llegada de ese ser a nuestra vida cuando estamos emocionalmente dispuestos a recibirlos, preparados del todo quizás nunca nos sentiremos, pero si podemos estar en la mejor disposición.

No puedo pensar en ninguna necesidad en la infancia tan fuerte como la necesidad de la protección de un padre. Anónimo

 

Los jóvenes aprenden por experiencia propia, bien dice el dicho “nadie aprende por cabeza ajena” cada quien debe vivir su camino trazado, con sus pausas, puntos y borrones.

Este artículo es una reflexión que puede ser útil a esos padres que luchan con la debida orientación a sus jóvenes, a sus niños que pronto comenzarán a convertirse en hombres y mujeres, a que orienten un poco su decisión a la hora de ser padres.

Podemos definir tres momentos en la vida, la etapa de la infancia, la etapa de la fuerza y la etapa de la sensatez. La etapa de la infancia corresponde a la educación, es este momento en el cual nos dedicamos a absorber, aprender, comprender y razonar, en el que somos niños y nos empezamos a convertir en adolescentes y vivimos experiencias y hacemos consciencia, se nos forma criterio y comenzamos a tomar nuestras propias decisiones; luego de la etapa de la niñez viene la etapa de la fuerza, la etapa de la fuerza es cuando pasamos este proceso de adolescentes, cuando ya no adolescemos, cuando nos convertimos en adultos y tenemos el soporte siquiera emocional, para poder convertirnos en padres; y por último tenemos la etapa de la sensatez, en la cual ya hemos pasado las dos etapas anteriores y nos disponemos sencillamente a observar; observamos lo que hemos construido, nuestra propia y única y maravillosa existencia,  somos apoyo a nuestros hijos, somos guías y orientadores de nuestros nietos, somos más o menos sabios y experimentados.

Clasificar la existencia en estas tres etapas, quizás pueda parecer sencillo, sin embargo si hacemos un análisis a profundidad nos daremos cuenta que está muy bien enmarcado este proceso en cada existencia y si sacamos el provecho correspondiente a cada una de ellas, durante la educación, durante la fortaleza y durante la sensatez de la madurez, los resultados pueden ser otros.

Tomar la decisión de tener un hijo es trascendental. Se trata de decidir que tu corazón caminará siempre fuera de tu cuerpo. Anónimo

 

El caso es que no tenemos un manual, no nacemos con una guía práctica de orientación donde se nos indica paso a paso que debemos hacer para ser cada día mejores personas, y por ende mejores padres, sin embargo, siempre tenemos la oportunidad de plasmar en nuestros hijos y en nuestros jóvenes, los principios básicos de solidaridad, de amor, de respeto, de luz, de su propia luz, de esa propia luz que ellos generan y que cada ser es.

Podemos ser capaces de despertar desde su infancia esta inquietud y entonces ellos llevarán esta luz en su camino y podrán asumir cada decisión que tomen de la mejor manera, siempre es un buen momento para iniciar… hagámoslo!

Imágenes cortesía de: Lindy Longhurst

 

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