Nunca juzgues a los demás
¡Qué tendencia más hipócrita es la de juzgar a los demás! A nosotros no nos gusta que se entrometan en nuestra vida, que intenten manipularnos, que juzguen nuestras acciones y decisiones. En cambio, lo hacemos constantemente sin ser conscientes de ello, ¿o sí lo somos, pero nos lo negamos constantemente?
Nunca podemos juzgar la vida de los demás, porque cada uno sabe de su propio dolor y de su propia renuncia. Una cosa es suponer que uno está en el camino cierto; otra es suponer que ese camino es el único
-Paulo Coelho-
Juzgamos y nos juzgan constantemente
Aunque no queramos asumirlo, nos juzgan y juzgamos de forma constante. Lo curioso, es que no somos conscientes del daño que provocamos, muchas veces, al hacerlo.
Menos juzgar y más mirarnos a nosotros mismos, debería de ser una constante en nuestras vidas. A veces, pasamos tanto tiempo “viviendo” la vida de los demás, que nos olvidamos de la nuestra propia. ¿Quién soy? ¿Dónde están mis limitaciones? No lo sé, porque pierdo mi tiempo juzgando a los demás.
Quizás alguna vez te haya ocurrido, pero no hayas sido consciente de ello, por eso vamos a cambiar el punto de vista. ¿Alguna vez una persona que hayas visto juzgar a otra haya acabado haciendo eso que tanto juzgaba?
No me llegan los dedos de las manos y de los pies para contar la de veces que esto ocurre y se cumple. Seguramente, también te haya pasado a ti, pero siempre es preferible ver la paja en el ojo ajeno. ¿Qué tal si empezamos a ver un poco para nosotros mismos? ¿Qué tal si ahora empiezas a centrarte en ti?
¿Por qué no debemos juzgar a los demás?
Quizás necesites tener razones para mirar un poco hacia ti mismo y empezar a dejar que las demás personas vivan su vida como quieran. ¿Qué está bien y qué está mal? ¿Qué es correcto y qué incorrecto? La sociedad impone sus normas, sus creencias, pero luego las cosas cambian.
Un ejemplo puede ser que tú veas un trabajo o una actitud como algo negativo. Pero, ¿y si a la otra persona le hace feliz? ¿Quién eres tú para determinar que está bien o qué está mal?
En ocasiones, nos creemos ser “dioses” con el poder de decir “tú lo estás haciendo mal”, “tú lo estás haciendo bien”. Esto solo causa el miedo de muchos para realizar lo que realmente quieren, para llevar a cabo sus sueños, sus propósitos, sus metas…
Nadie es perfecto
Todos cometemos errores y por eso no debemos juzgar una mala actitud, una palabra que no debería ser dicha… Quizás esa persona no esté pasando por uno de sus mejores momentos y actúa así porque le sale… Tú tampoco te levantas sonriente todas las mañanas. Cualquier cosa puede pasar que te amargue el día.
Debes aprender a ser más tolerante, tolerante con los empleos, tolerante con las actitudes, tolerante con las personas en general. Todo es válido de aprobación y tú no eres quien para determinar que algo no está bien.
No somos iguales
Tú no eres igual que tu hermana, ni que tu madre, ni que tus amigos… Nadie es igual, todos somos diferentes y, por lo tanto, pensamos de forma diversa. Esto es bonito, la variedad de opiniones y puntos de vista es lo que enriquece el mundo y nuestras relaciones.
Pero, si esto está tan claro ¿por qué seguir queriendo que todas las personas cumplan un patrón? Es imposible que todos seamos iguales, así que deja de querer que la gente siga un mismo camino. Cada uno es diferente y único, y eso lo tienes que respetar.
Mírate a ti mismo
Sí, hazlo, porque muchas veces juzgamos cosas que nosotros mismos hemos hecho previamente o vamos a hacer en un futuro cercano. ¿También hay cosas que deberían juzgar de ti? No, nadie debería juzgar a nadie, pero mírate a ti mismo para comprobar que tú tampoco eres perfecto.
Todo el mundo tiene derecho a equivocarse o a escoger una salida que a ti jamás se te ocurriría escoger. Pero es que tú no eres esa otra persona. Tú eres tú mismo, cada persona es única y tiene libertad para escoger el camino que desee. Y tú, eso, no debes nunca juzgarlo.
El alma siempre tiende a juzgar a los otros por lo que piensa de sí misma
-Giacomo Leopardi-
Respeta, sé tolerante, porque tú quieres lo mismo del resto de las personas, pero no puedes pedirlo cuando no cesas en juzgar a los demás. Todo es válido, no hay cosas mejores ni peores, simplemente hay cosas que tú escogerías y otras personas no. Y ten en cuenta que todos tenemos derecho a equivocarnos y cometer errores.
No somos perfectos…