No sacrifiques demasiado por tu pareja
No sacrifiques demasiado por tu pareja
Cuando nos encontramos sumergidos en una relación de pareja, sabemos que a veces hay que hacer sacrificios. Pero, hacer ciertos sacrificios es normal, excepto cuando estamos sacrificando demasiado. ¿Cómo podemos saber que esto es así?
Si tienes que anularte o destruirte para que tu pareja sea feliz, estás con la persona equivocada
-Walter Riso-
Nunca renuncies a tu esencia
En ocasiones, hay parejas que intentan cambiar cómo somos. Esto nunca debes permitirlo. Una persona que quiere estar contigo, debe estarlo sin querer cambiarte en absoluto, pues se supone que se ha enamorado de lo que eres, no de lo que quiere que seas.
Tu esencia es única, tú eres único y nunca debes permitir que nadie te quite eso. Es lo más valioso que tienes y por mucho que puedas querer a alguien, jamás le debes consentir que quiera que renuncies a tu esencia, a tu ser, a tu yo más profundo.
Cuando tenemos que renunciar a algo, cuando queremos sacrificarnos por nuestra pareja, esto tiene que hacernos sentir cómodos, ¡jamás te debe hacer sentir mal! De hecho, cuando te hace sentir tan bien, no se le denomina apenas “sacrificio”.
Reflexiona antes de sacrificarte
Antes de sacrificarte por algo que consideras “excesivo” por parte de tu pareja, deberías hacerte algunas preguntas que te permitan saber si la otra persona te está, de alguna manera, sometiendo. A veces, hay personas que quieren tener el poder sobre nosotros y no nos damos cuenta.
- ¿Estás al 100% seguro de que es la persona de tu vida? Si no estás seguro de que es la persona con la que quieres pasar el resto de tus días, no valdrá la pena que te sacrifiques tanto. Cuando dudas, sacrificarse demasiado es una verdadera locura.
- ¿Tu pareja está dispuesta a hacer lo mismo? En ocasiones, damos, damos y damos, y no somos conscientes de que nuestra pareja no haría ni la cuarta parte de lo que nosotros hacemos. No es cuestión de querer siempre recibir algo a cambio, pero tampoco es cuestión de darlo todo solo nosotros. Más que nada porque así la relación no va a funcionar.
- ¿Tu pareja sabe que es un sacrificio? A veces consideramos que nuestra pareja es consciente del gran esfuerzo que estamos haciendo, pero debemos dejar de presuponer y decirlo claramente. Quizás tu pareja piensa que, realmente, no es un sacrificio. Hablad sobre ello.
- ¿Hay alguna otra solución? A veces tan solo vemos una salida, cuando hay muchas otras. Aprended a ver qué otras posibilidades pueden ser factibles para que no tengas que sacrificarte. Ahí verás también lo comprensiva que resulta tu pareja o si tan solo quiere que con tu gran sacrificio le demuestres tu amor incondicional.
- ¿Qué te motiva? Si te sacrificas por alguien deben motivarte algo. No puede ser que ese sacrificio sea desagradable para ti, porque esto no es algo que motive, sino que desmotiva. Los sacrificios deben hacerte feliz y consolidar vuestra relación de pareja.
Nunca permitas que nadie “te obligue” a sacrificarte. Hay otras formas de demostrar el amor que no sea sacrificándose por el otro. Además, debes tener en cuenta que ese sacrificio os beneficiará y que no supondrá una vida llena de infelicidad para ti.
Sacrificios sí, pero con cabeza
Más tarde o más temprano, en toda relación de pareja deben sucederse sacrificios. Pero, no debemos ceder tan a la ligera, sino pensarlo muy bien. Para ello, debemos hablar con nuestra pareja abiertamente y si hay alguna otra solución ¡tenerla en cuenta!
Solo así nos daremos cuenta, también, de si en realidad es necesario ese sacrificio o tan solo nuestra pareja nos está poniendo a prueba. A veces sucede que hay otras opciones, pero nuestra pareja se empecina en que nos sacrifiquemos. Hay otras formas de demostrar el amor. Esta, no es la mejor manera.
Cuando se ama no es difícil sacrificar algo por alguien, lo difícil es encontrar a ese alguien que merezca tu sacrificio
Los sacrificios deberían traer felicidad, dicha, alegría. Pero, ¿cuántos de esos sacrificios acaban siendo verdaderos errores? Piensa con cabeza acerca de los sacrificios. Dales la importancia que merecen.
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