RINCÓN del TIBET

No podemos transformar a nadie, pero sí podemos crear un espacio para la transformación…

No podemos transformar a nadie, pero sí podemos crear un espacio para la transformación…

… e invitar a otros

En la vida, es así en cada momento clave, tenemos que renunciar a una parte de lo que somos para llegar a ser lo que de verdad podemos ser. El cambio no resulta gratuito, desde luego, y únicamente nos alimenta si nos dirige a la transformación. Álex Rovira

En el recorrido de nuestra vida, aprendemos necesariamente a lidiar con la aceptación, sin embargo, pocas veces llegamos a tener una aceptación plena de nuestra propia existencia, una conformidad, una satisfacción con quienes somos, generalmente vivimos acumulando montones de cosas que consideramos debemos transformar, y en algunos casos, jamás nos percatamos de muchas otras.

A parte de la situación propia que nos acompaña, que forma parte de nuestra lucha interna, nos encontramos además con la ardua tarea de querer transformar a los demás, cambiar la manera de ser de alguien, bien sea parte de la familia, o un amigo, pero el caso más común es querer cambiar a nuestra pareja, el caso es que resulta irónico que nos enamoramos profundamente de alguien y con el pasar de los días, los meses, los años, nos invade el persistente pensamiento de que esa persona debe ser de otra manera, que debería ser de tal o cual forma, de que cambió su manera de ser, de que no es la misma persona.

Cabría entonces la reflexión, realmente nos corresponde a nosotros determinar la manera en la deben ser los demás? Podrían nuestras intenciones de transformar algo activar un cambio?

 

No todos los deseos conducen a la libertad, pero la libertad es la experiencia de un deseo que se reconoce, se asume y se busca. El deseo no implica nunca la mera posesión de algo, sino la transformación de ese algo. El deseo es una demanda: la exigencia de lo eterno, ahora. La libertad no constituye el cumplimiento de ese deseo, sino el reconocimiento de su suprema importancia. John Berger

 

El solo deseo no representa una acción, cuando descubrimos algo en nosotros que consideramos necesariamente debe cambiar, el solo hecho de reconocerlo inicia un proceso de aceptación, de revisión y de análisis propio, de discernir si aquello que estamos detectando nos hace daño o hace daño a alguien más, éste simple reconocimiento que nos aleja de la negación, de nuestra propia visión, es una entrada a ese espacio de transformación que somos capaces de crear.

Lo mismo ocurre con nuestra pareja, si bien lo sano no es intentar cambiar a nadie, menos aún a aquella persona que sumamos a nuestra vida y que desde un principio nos atrajo, y que ahora resulta que debe ser de otra manera, para nuestro propio bien. Podemos maravillosamente invitar a nuestra pareja a crear su propio espacio de transformación y este espacio nace de nosotros mismos.

Es necesario reconocer y reflexionar sobre la oportunidad de crecer que te brindan las relaciones, para bien o para mal, son un espacio de experiencias y si son bien aprovechadas se convierten es espacios para generar consciencia.

Esto no quiere decir que estando solos no logramos un espacio de transformación, pero esto será mucho más fácil si realmente logramos encontrarnos a nosotros mismos en esa soledad que estamos experimentando, si por el contrario estamos cerrados a una relación por temor, esto probablemente no dará frutos en mucho tiempo. Las relaciones nos permiten crecer y los más provechoso es el hecho de que las relaciones que emprendemos en nuestra vida, son espacios de oportunidad de crecimiento, de hacer consciencia en nosotros mismos, por eso siempre debemos agradecer a esa persona que pasa por nuestra vida.

 

(…) No seas como la mayoría, que se mueren esperando su oportunidad y se pasan la vida diciendo: “es que no me ha llegado la mía”. Hector Tassinari

 

Cuando estamos en una relación tortuosa o en la cual nos sentimos infelices y no encontramos el motivo que nos impide dejarla, más oportunidad tenemos de desarrollarnos, esta relación nos da la certera oportunidad de generar un espacio de transformación, en nosotros mismos en principio y luego en nuestra pareja.

Creando este espacio de luz, siendo capaces de no actuar de manera inconsciente, si nuestra pareja tiene alguna reacción que conlleve a una discusión innecesaria, se presenta una oportunidad, tenemos la decisión de ser parte de su inconsciencia o de entrar en nuestro espacio de transformación que a su vez estará haciéndose visible para nuestra pareja.

Este paso inicial podemos aplicarlo en muchas situaciones, de críticas, de malos accionares, de intenciones que vayan en contra de nuestro espacio de transformación. Si logramos manejar esa situación, no siendo parte de la inconsciencia de nadie, estaremos en presencia de ese espacio que hemos creado y que nadie podrá vulnerar, y además, de manera maravillosa se habrá abierto una puerta transformadora a nuestra pareja para que sea parte de ese espacio.

Si nuestra pareja se atreve a cruzar, ambos iniciarán un hermoso camino hacia la transformación y hacia el disfrute de una relación bajo la luz y el amor pleno. Si de ninguna manera tu pareja logra atravesar esa puerta, entonces ya no debes preocuparte de manera alguna, porque sencillamente esa relación se irá disipando por sí misma, porque sencillamente no será posible para tu pareja soportar tu espacio de transformación, que una vez que hayas consolidado nada podrá resquebrajar.

Conócete a ti mismo, reconócete y acepta tu ser, crea tu espacio de transformación y extiéndelo a quien amas… los hermosos resultados no tardarán en manifestarse.

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