RINCÓN del TIBET

Detrás de la sonrisa de los demás, no hay una vida fácil

detrás

No pienses que detrás de la sonrisa de los demás, hay una vida más fácil que la tuya

Somos especialistas en mirar solo a través de nuestros ojos, desde nuestra percepción, sin poder en muchos casos entender lo que se encierra detrás de cada sonrisa, de cada mirada. Podemos incluso suponer que tenemos vidas más o menos complicadas que alguien más, con el solo hecho de mirarla, asumiendo desde nuestra perspectiva lo que en realidad enfrenta.

Todos tenemos una actitud ante la vida que nos define y sí probablemente la vida detrás de la sonrisa de esa persona que vemos sin mayor profundidad, sea más fácil, aun cuando enfrente situaciones mucho más complicadas a las nuestras, pero el sencillo esfuerzo de sonreír a pesar de las adversidades, probablemente la hace sentirse más capaz de resolver aquello a lo cual le hace frente, posiblemente está tratando de verle el lado más amable a la vida, en lugar de fijarse en su parte negativa.

Cuando somos optimistas, cuando decidimos reconocer los motivos para sonreír, la vida se comporta de la misma manera y resulta más sencillo salir de las situaciones que consideramos problemas, se nos abren nuevas puertas, tenemos la mente más clara para pensar en las alternativas y nos enfocamos más en vivir la vida apreciando cada instante, lo cual nos permite darnos cuenta de que quizás en este mismo instante solo hay motivos para sonreír, para agradecer y para armarnos de valor y fortaleza para lo que venga después.

Todos llevamos una procesión por detrás y dependerá de cada quien el mecanismo que utilice para exteriorizarla, si somos personas con tendencia a preocuparnos , a agobiarnos, a imaginarnos los peores escenarios, a dramatizar… difícilmente podremos tener la capacidad de sonreír.

Los milagros de la vida están en las pequeñas cosas, ésas que por lo general se nos pasan detrás, quienes logran entrar en sincronía con lo positivo y bonito de la vida, tienen como una especie de chaleco salvavidas que los mantiene a flote por muy fuerte que sea la corriente, por muy violenta que sea la tormenta.

No podemos juzgar la vida de los más de manera superficial, pero sí podemos afirmar que la mayoría de nosotros enfrenta cada día sus propias batallas y que cuando vemos a alguien sonreír, probablemente no significa que están de receso sus adversidades, que se dé por victorioso, aunque esto es también positivo, que sea indiferente ante aquello que le afecta, sino que ha encontrado la manera de hacerle frente a la vida con una mejor actitud.

Aunque las cosas vayan mal, podemos rescatar de cada vivencia lo positivo, ésa que nos habla de que siempre podemos abrir los ojos del corazón para apreciar las cosas que nos harán sonreír e inclusive ser felices a pesar de las circunstancias.

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