No me culpo, tú tenías el talento de mentir y yo… el de creer
Definitivamente todas las monedas tienen dos caras, nada ocurre de un lado sin que exista su contraparte, para que un victimario exista, es necesario que haya una víctima, para que exista un mentiroso, debe haber alguien que le crea o al menos que le escuche sus mentira, por eso no me culpo por haber caído en tu red de mentiras.
Y allí estaba yo, del lado de quien confía, de quien cree, de quien le da valor a la palabra y mucho más a la palabra de quien ama. ¿Cómo podría yo imaginarme que entre tantos te amo, existía tanto espacio para la mentira? ¿Cómo pude haber pensado, que tú, una de las personas que más he amado y cuidado, no tuvieses una manera diferente de retribuirme que no fuese en medio de tanto engaño? ¿Cómo me culpo por creerte si parecías sincero?
No me culpo por esperar de ti lo mejor, porque yo soy así, porque no espero de los demás algo que yo jamás haría. Y aun luego de descubrir tantas cosas que no hacen más que herirme de manera cada vez más profunda, puedo decirte que seguiré confiando en la buena voluntad de las personas, seguiré confiando que lo normal es ser honestos, seguiré confiando en que el lenguaje del amor se basa en la verdad.
Si mentimos a quien nos ama, es lógico pensar que quizás en un momento seremos descubiertos, porque en las mentiras se encierran muchas cosas que no necesariamente está en nuestras manos controlar. Si no nos importa llegar a ser descubiertos, es porque no nos importa perder a esa persona que confía en nosotros, que no nos interesa herirla, que no nos importa que se aleje de nuestro lado… En conclusión ese amor no es bidireccional o bien, nos falta mucho por aprender en cuanto al amor y su cuidado.
Muchas personas que se vinculan con personas mentirosas, terminan por desconfiar de todo y de todos, terminan por colocarse una coraza impenetrable, no solo por mentiras, sino por amores, por amores bonitos, por amores honestos, que sí existen, solo que no todo el mundo es capaz de ofrecer.
Luego de mi experiencia contigo, lo que prevalece es la seguridad de que tú perdiste mucho más que yo. De no jugar limpio, no podrás sacar mucho provecho, solo irás perdiendo verdaderos afectos, por darle paso a cualquier cosa que puedes llamar oportunidad y al final de seguro mirarás hacia atrás con el sabor amargo en la boca, de que en algún momento tuviste algo que valía la pena y lo sacrificaste por momentos fugaces, por intereses superficiales, por fachadas vacías… y de seguro no habrá marcha atrás.
No me culpo por pensar que todavía existes personas maravillosas en el mundo, y creer erróneamente que tu eras una de ellas…
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet