RINCÓN del TIBET

No hay peor respeto que el que se basa en el miedo…

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No hay peor respeto que el que se basa en el miedo…

A lo largo de nuestra vida, solemos aprender que el respeto que nos dan es fundamental en la vida, para establecer cualquier tipo de relación, para mantener una convivencia sana, para conocer los límites y llevar una vida digna y principalmente hacia nosotros mismos, para conocer nuestras capacidades y debilidades, de igual manera, nos esmeramos en inculcar respeto a nuestros hijos, a cultivarlo en nuestro entorno y de alguna manera vivir con criterios de respeto y dignidad.

El primer efecto del amor es inspirar un gran respeto; se siente veneración por quien se ama. Blaise Pascal

 

La tarea de respetar y ser respetado, es una labor delicada, no solamente por el hecho de que nos lleva necesariamente a comprender que todo tiene un orden, una razón y una manera, que el respeto puede manifestarse de muchas formas y hacerse extensivo a los demás desde distintos enfoques, sin embargo, transmitir la enseñanza del respeto basados en el temor, es el peor respeto que se puede inculcar y trasmitir a alguien, pues tarde o temprano, este falso respeto terminará seriamente resquebrajado.

Cuando se es padre, se trata por todos los medios de ganar el respeto de los hijos, incluso, muchos padres de manera inconsciente o por simple ignorancia, suelen lograr un alto nivel de respeto que es por el temor que siembran en sus hijos, los malos tratos, las amenazas, los castigos y los premios, cualquier método que de alguna manera vaya en contra de la verdadera esencia del respeto que es positivo, es una pérdida de tiempo, los hijos crecerán y ese temor que ha levantado ese falso respeto, se convertirá en resentimiento, pues únicamente logró reprimir al niño.

La bondad es el principio del tacto, y el respeto por los otros es la primera condición para saber vivir. Henry F. Amiel

 

El respeto que es basado en el temor, conllevará día a día a la necesidad de una liberación, a poder alcanzar una libertad anhelada ante ese respeto que angustia, que reprime, que obliga, por el contrario, cuando el respeto se gana por amor, por admiración y por ejemplo, no podrá ser motivo de preocupación el día de mañana, pues podrás tener la seguridad de que es un respeto merecido, ganado y bien sustentado, no hay sentimiento más puro y sensato que el que se gana y te llega a pertenecer enteramente.

Cualquier emoción que parte del temor, puede durar de alguna manera, pero jamás logra hacerse permanente en el tiempo, pues el temor genera angustia y preocupación, se transforma en dolor, y el dolor pasa a sufrimiento, se hace permanente, llena la vida de amargura y de resentimiento y nadie que vive desde estas sensaciones, puede llegar a sentirse libre, pleno o en paz.

El respeto mutuo implica la discreción y la reserva hasta en la ternura, y el cuidado de salvaguardar la mayor parte posible de libertad de aquellos con quienes se convive. Henry F. Amiel

 

Se puede pensar desde muchos roles en la vida, que se tiene un respeto ganado, el que inspira el superior en el ámbito profesional, los padres, las autoridades, los maestros o cualquier otra persona, sin embargo, si este respeto ha surgido desde el temor, que representa en sí mismo un irrespeto, se puede tener la seguridad de que no se tiene lealtad, pues la lealtad y la solidaridad parten de la admiración, de la compasión y de la bondad, semillas maravillosas que tristemente mueren en un terreno abonado por temor.

Si es menester en tu vida, como en la de muchos, trasmitir respeto a quienes te rodean, procura siempre que sea desde el ejemplo y la admiración, que no sea el temor lo que sume lealtades a tu vida, porque serán falsas, por el contrario, cuando el respeto es bien ganado y se sustenta en amor, jamás será olvidado ni desplazado fácilmente.

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