RINCÓN del TIBET

No hay que enfermar nuestro cuerpo para evadir situaciones

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No hace falta enfermar nuestro cuerpo para evadir situaciones

Nuestra naturaleza es la salud perfecta, eso es lo que está en armonía con el universo y la energía vital. Algunos estudios han desarrollado algunas teorías en las cuales las enfermedades no son más que el mal manejo de nuestros miedos y emociones, que son una excusa inconsciente adaptable para la darle a nuestro cuerpo un estado que nos permita evadir una situación que no sabemos o no queremos manejar.

La mente trabaja de forma enigmática, no es sencillo reconocer que nosotros mismos generamos nuestra vida, para bien o para mal, bien sea ubicándonos en situaciones que nos ayuden a alcanzar nuestra evolución o colocándonos en aprietos por no saber hacer un buen manejo de nuestros recursos.

Enfermamos nuestro cuerpo cuando no somos capaces de plantar una decisión, cuando no sabemos decir que no a lo que no queremos hacer, cuando alargamos estados de tristeza y melancolía, cuando no sabemos perdonar, cuando guardamos rencor, cuando queremos llamar la atención, cuando nos sentimos inconformes ante la vida, cuando no somos agradecidos por lo que tenemos o somos, cuando no nos aceptamos. También enfermamos cuando tenemos miedo a actuar, cuando no damos descanso a nuestro cuerpo y en especial a nuestra mente.

La enfermedad evidentemente no es un estado conscientemente deseado, ninguna persona a consciencia preferirá un estado de enfermedad para afrontar su vida, sin embargo, una persona que enferma de cualquier cosa, está limitado por llamarlo de alguna manera y en esas limitaciones puede esconder todo aquello que no es capaz de abordar de una mejor manera de manera consciente.

De una persona enferma las exigencias las expectativas son menores, no se espera que esté preparado a asumir grandes compromisos, puede estar de reposo, lo que le imposibilitaría hacer ciertas cosas, es foco de atención, es visto con lástima y compasión, puede fácilmente justificar que sus sueños se quebraron por haber enfermado, puede hacer una pausa sin mucha presión porque las prioridades ahora son otras, es recobrar la salud y todo lo que antes tenía una importancia determinada baja de escalón.

Las enfermedades son una oportunidad para conocerse, para entender que hay cosas que no se aceptan, que debemos aprender a decir no, a perdonar, a llevar en nuestro corazón aquello que nos nutra, que la vida tiene un sentido más trascendental que el que comúnmente le damos.

Podemos entender cómo somos cocreadores en todo lo que nos acontece, desde nuestros pensamientos, desde nuestras creencias y pautas, y desde un nivel de consciencia superior entender cómo hemos sido participes de lo que nos aqueja y si logramos conectar con nuestro cuerpo, dejaremos de identificarnos con lo que creemos ser y desde allí comenzar a alinearnos con nuestra verdadera naturaleza, la que tiene todas las respuestas y está en armonía con la salud, el bienestar y la felicidad.

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

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