RINCÓN del TIBET

No esperes de los demás aquello que tú darías en su lugar

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No esperes de los demás aquello que tú darías en su lugar

Muchas veces espere que las demás personas actuaran de la forma en la cual yo lo haría, y lo que logre fue sentir frustración, enfadado o tristeza. La vida es mucho más sencilla cuando no espere nada distinto a lo que está en mis manos crear, cuando no me hago expectativas, ni me ilusiono demasiado. Es mejor permitir que las personas me sorprendan con lo que son capaces de dar a que me decepcione porque espere cosas diferentes de ellos.

Espéralo todo y cualquier cosa te parecerá nada. No esperes nada y cualquier cosa te parecerá todo. ― Neil Strauss

 

Cada quien es un universo en su mente, para cada quien hay realidades particulares, hay acciones justificadas, para cada quien está una gama, que puede ser súper distinta a la nuestra, que van desde lo “correcto” a lo “incorrecto”, desde lo “malo” a lo “bueno”… Todo es muy relativo y dependerá de la visión de cada quien.

No debemos sentir frustración porque alguien no actúe como nosotros queremos, debemos entender que todas las personas hacen lo mejor que pueden con los recursos que tienen, y que actúen distinto a como nosotros lo haríamos no tiene que significar que lo han hecho mal, o con desgano, o sin darnos prioridad, o de mala fe… Solo en puntuales ocasiones la gente actúa con la intención predeterminada de hacer mal, pero en términos generales, actúan considerando que lo están haciendo bien.

Respetemos las formas, seamos más compasivos, más empáticos y sobre todo menos jueces, es mucho más sencillo juzgar a los demás, criticar sus acciones a tomarnos un tiempo para entender, colocándonos en sus zapatos, desde donde todo cobra un sentido diferente.

No se trata de ir justificando a quienes nos decepcionan, se trata de evitarnos la decepción, se trata de aceptar a las personas como son, o bien si sentimos que nos perjudican, alejarnos en la medida de nuestras posibilidades o seleccionar inteligentemente la manera de interactuar, pero sobre todo sin esperar algo en particular, especialmente entendiendo que cada cabeza es un mundo.

Vive lo más libre que puedas de expectativas, aprende de cada experiencia, muchas veces esperamos algo de alguien y recibimos otra cosa mucho mejor, pero solo por el hecho de que es diferente a lo que esperábamos, no logramos realmente apreciarlo. Dale libertad a quienes te rodean, sin recordarles qué es lo que estás esperando de ellos, permite que puedan ser espontáneos, que puedan ser ellos mismos y quizás te sorprendas gratamente con lo que recibas de ellos.

 

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