RINCÓN del TIBET

Ni tú me mereces… Ni yo te necesito

Ni tú me mereces… Ni yo te necesito

Cuando hablamos de relaciones de pareja, nos vemos forzosamente obligados a abordar el tema del desequilibrio en el amor. No se trata de comparar la cantidad de amor que se da y se recibe, se trata de comparar el bienestar que se brinda a cada una de las partes.

El dar y recibir es un arte, en principio debemos dar sin esperar algo a cambio, pero en lo que a las relaciones sentimentales se trata, se encuentra tácito que el amor debe ser correspondido. Que aunque dar nos llena y nos satisface mucho, lo más sano es recibir de la otra persona aquello que nosotros somos capaces de aportar.

En las relaciones en las cuales solo una persona disfruta de los beneficios, aparecen en la contraparte las carencias y de allí surgen las inconformidades, las frustraciones y los resentimientos.

Solo nosotros sabemos qué es lo que merecemos, solo nosotros podemos prepararnos para recibir justo aquello que consideramos adecuado para nuestra plenitud. Es importante tener una autoestima elevada, unas creencias adecuadas que nos preserven y un convencimiento de que nosotros somos capaces de dar aquello que de alguna forma esperamos de la pareja.

No debemos caer en plantearnos expectativas ideales, en conde la otra persona llega a suplir nuestras necesidades, llenar nuestros vacíos y ocupar posiciones que en definitiva no le corresponden. Nosotros mismos tenemos las capacidades propias para satisfacer aquello que necesitamos, tenemos los recursos necesarios para hacernos la vida tan a color o tan gris como deseemos y no podemos delegar la responsabilidad de nuestra felicidad a alguien más.

Debemos hacer una revisión de quiénes somos, de qué damos y de qué podemos esperar. Dentro de este análisis es útil realizar un proceso de sanación que nos permita estar bien con nosotros mismos para poder tener el criterio necesario para compartir una vida en pareja. Debemos revisar nuestras creencias, debemos sanar nuestras heridas emocionales y sobre todo sentirnos plenos con nosotros mismos.

A través de la autorealización resulta mucho más sencillo que lo que creemos que merecemos llegue a nosotros, porque de esta forma nos haremos conscientes de que realmente no necesitamos a otra persona para sentirnos a gusto, para realizar nuestros sueños, alcanzar nuestras metas o convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos.

De esta forma nos vincularemos con otra persona sin necesidades, sin vacíos, sin apegos… Lo que nos permitirá sentirnos libres en una relación y hacer que la otra persona también se sienta de la misma manera… El amor en libertad, donde reina la espontaneidad y el deseo real de hacer las cosas más allá de la obligatoriedad, es el amor real.

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