RINCÓN del TIBET

No es signo de debilidad mostrar tus emociones …

de debilidad

Mostrar tus emociones no es signo de debilidad, sino de fortaleza

Muchas veces ante las diversas situaciones nos cohibimos de exteriorizar nuestras emociones, bien sea por demostrar autocontrol, no mostrarnos cómo somos, no querer pasar por demasiado emocionales o no dar la impresión de debilidad.

Sin embargo, mostrar nuestras emociones no es una señal de debilidad, sino lo contrario. Resulta sano no reprimir nuestras emociones, exteriorizarlas y canalizarlas de la mejor manera.

Así como los pensamientos, las emociones vienen a nosotros no cuando lo deseamos sino cuando “ellas quieren”. Considerando esto y entendiendo que a diario vamos a experimentar un sinfín de emociones, como la reacción de nuestro cuerpo ante lo que pensamos, con mostrarlas, no queremos decir que vamos a exteriorizar todo lo que pasa por nuestra mente, ni que vamos a pegar gritos en la mitad de un centro comercial porque estamos enojados o lloraremos desconsolados por miedo a una presentación en público justo en la mitad del escenario.

Estas demostraciones, aunque no serán el fin del mundo pueden resultar inconvenientes, especialmente para la imagen que se forma en nuestra mente de nosotros mismos, poniendo a un lado lo que estaríamos proyectando.

Sentir nuestras emociones, reconocerlas y mostrarlas, nos ayuda a conocernos mejor, por ello no son signo de debilidad. El luchar contra ellas, el negarlas, el ocultarlas y aparentar que no sentimos nada, resulta totalmente contraproducente. Aquello que nos negamos a aceptar se adhiere intensamente a nosotros, mientras más resistencia tengamos hacia nuestras emociones y hacia nuestros pensamientos, más complicado se hace el manejo adecuado de los diversos escenarios en los cuales tengamos que desempeñarnos, bajo los efectos de nuestras emociones.

La mejor manera de manejar nuestras emociones:

Cuando aceptamos nuestras emociones, bien sea de tristeza, enfadomiedoalegría o cualquiera de sus derivadas, estamos trayéndolas a la luz, estamos dándole espacio de ser y el no identificarnos con ellas nos permitirá controlarlas, solo debemos observarlas como si estuviésemos viendo la proyección de una película y de esta manera el buen manejo de las emociones cada vez se tornará más sencillo.

No somos responsables de las emociones, pero sí de lo que hacemos con las emociones.  ― Jorge Bucay

 

No debemos confundir las emociones con los sentimientos, las emociones están vinculadas a una manifestación físico-química en nuestro cuerpo, que se produce en un corto plazo, los sentimientos por su parte son más duraderos en el tiempo y corresponden a la evaluación consciente que tenemos ante la percepción de nuestro estado corporal durante una respuesta emocional. Los sentimientos son conscientes.

Evidentemente ni las emociones ni los sentimientos deben ser reprimidos, porque mostrarlos no es signo de debilidad. Las emociones y los sentimientos reprimidos siempre nos traerán peso adicional a nuestras vidas y por algún lado reventará la soga. Por lo que canalizarlos de una forma óptima será un gran aliado para caminar lo más ligeros posibles por este tránsito.

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