RINCÓN del TIBET

Me marché esperando que me retuvieras…

marché

Me marché esperando hasta el último momento que me retuvieras

Tenía una colección de motivos para irme, cuidadosamente te habías encargado de recaudar todo lo necesario para que el permanecer a tu lado se convirtiera en la idea más descabellada de todas. Y aun así, hasta el último momento esperé que hicieras algo, pero me marché sin que nada sucediera.

El no hacer nada también nos habla, y mucho, por eso me marché. No hiciste absolutamente para convencerme de que tenías algo más que ofrecerme, de que te dolía perderme, de que tus sentimientos aún estaban allí…Y yo, a sabiendas de que esto facilitaba las cosas y me evitaba colocarme en una posición en la cual tuviese que escoger entre varias opciones… Aun sabiendo que era lo mejor que me podía ocurrir, me partía en mil pedazos cuando me marché y solo recibí tu indiferencia.

Evidentemente no debería sorprenderme, pero no puedo evitar sentir pena, especialmente por mí, por haber visto en ti, algo que sencillamente no existía… Aposté siempre a ganador por algo que desde el principio no fue más que una estafa emocional. Di de más y eso de alguna manera me hizo esperar algo de reciprocidad.

Es en ese punto en el cual te quedas esperando por algo que jamás llega o recibes algo muy diferente a lo que te hubiese gustado, en el cual entra la decepción, que te invita a no esperar nada de nadie, que te hace abrir un poco más lo ojos y quizás cerrar un tanto el corazón.

Lo cierto es que a pesar de todo, con todo lo que he vivido a tu lado, con la gran cantidad de decepciones que me llevé en mi maleta y aunque me sienta peor por reconocerlo, yo no quería irme, no me podía quedar, pero no quería irme. Prevaleció mi dignidad, ella me empujó a la puerta, me dio fuerzas para llevarme todas mis cosas y casi me tuvo que obligar a no mirar atrás, a no pedirte explicaciones o justificaciones de por qué me dejabas ir e indagar en lo poco que te importaba… Y sentí hasta rabia con ella por forzarme a algo que no quería.

Con la calma un poco recuperada, debo agradecerle, poco a poco me voy recuperando, pero aun en el fondo algo de mí, espera por ti… Quizás no se trate de amor, sino solo mi ego resentido, esperando solamente que me digas que soy importante para ti, para bajo un desplante tomar venganza… Quisiera creer que es solo eso y no un amor por mí que se quedó muy pequeño, ante lo que siento por ti.

Me marché porque no podía seguir permitiendo que no me valoraras…

Por: Sara Espejo

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