RINCÓN del TIBET

Querer tener el control siempre, no es una cualidad positiva

el control

Me encantan las personas que no necesitan tener el control de todo

Muchas veces podemos estar rodeados de personas que les encante tener el control, que tratan de limitar nuestras vidas, tratando de ajustar nuestras acciones a sus expectativas, sin darnos la suficiente libertad de ser y hacer lo que queramos.

Las personas que les gusta tener el control pueden ir desde una pareja, hasta nuestros padres, pasando por jefes, amigos, etc. Son personas que necesitan que todo encaje en el esquema de cómo ellos piensan que deberían ser las cosas, sin dar mínimos márgenes de desviación con lo que pueda ocurrir.

Muchas veces las vías que usan las personas controladoras encierran la manipulación, buscando a toda costa obtener los resultados que ellos desean, por eso debemos estar alertas y saber identificar cuándo estamos expuestos ante una persona que nos quiera controlar, puesto que no siempre será necesariamente evidente.

Depende de la capacidad que tenga esa persona de influir sobre nosotros y de cuánto nosotros podamos ceder el control de nuestra vida en sus diferentes etapas, lo que determinará el alcance que tengan sobre nuestra vida.

No venimos acá a cumplir las expectativas de nadie, ni para actuar como otros quisiesen, menos a vivir la vida o los sueños diferentes a alguien más y cuando permitimos que alguien controle una partecita de nosotros, estamos dejando de lado nuestra capacidad de escribir nuestro libro de vida, estamos cediéndole a alguien más es lápiz para que se haga cargo y cada palabra que se escriba allí, será algo que de manera espontánea dejaremos de vivir.

No es bueno intentar tener el controla de todo, genera mucha frustración, todos debemos entender que cada quien tiene sus maneras, sus procesos, sus preferencias y su derecho a hacer las cosas como les parezca, aunque eso incluya el equivocarse, el hacer las cosas diferentes al resto, el experimentar. Cada una de las acciones deja una lección y si pretendemos que las cosas se hagan a nuestra manera por necesidad de controlarlo todo, probablemente le estaremos robando a alguien más una experiencia enriquecedora.

La vida no está escrita, debemos sentirnos libres de vivir, de experimentar, de crecer con nuestros pasos, escuchando a quienes nos quieren bien, pero sin darles la posibilidad, por muy buenas que sean sus intenciones de controlar parte de nuestras vidas. Dejemos ser y sobre todo defendamos nuestro derecho a ser lo que queramos.

 

Por: Sara Espejo -Rincón del Tibet

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