Psicología

“Raíces y alas” es el legados más importante para tus hijos

Quienes tenemos hijos podremos confirmar que muchas veces queremos transmitirles tantas cosas, que podemos perdernos en el camino. Ciertamente los niños no vienen con instrucciones, ni tenemos una tabla en donde podemos clasificar nuestra gestión como padres, pero sí que nos puede facilitar la gestión tener claro qué queremos dejarles, cuáles son las herramientas básicas necesarias que le serán de mayor utilidad estemos o no sus padres a su lado.

El amor en esta oportunidad, lo daremos por sentado, aunque queremos recordar acá que no siempre las demostraciones del amor que sienten los padres por sus hijos resulta en un beneficio para ellos. Sin embargo, vamos a partir que nos estamos dirigiendo a padres que aman a sus hijos y que desean para ellos lo mejor.

Para no perdernos en el camino, sería beneficioso considerar dejarle a nuestros hijos dos cosas claves, que a su vez desencadenan una serie de consecuencias positivas, estos legados, por llamarlo de alguna manera serán: las raíces y las alas.

No es para nada contradictorio, porque cada ser humano, hablando metafóricamente debe tener sus cimientos bien definidos, pero con la suficiente tolerancia que permita volar y para ello solo necesita ser consciente de sus alas, que todos nacemos con ellas, pero resultan en muchísimos casos mutiladas tempranamente.

Nuestras raíces las asociamos al hogar, al amor, a nuestros principios, a todo aquello que nos nutre y con lo cual nos podeos identificar, porque ha estado presente en nuestra vida siempre. No importa dónde estemos, ni cómo, las raíces siempre sera ese punto referencial que nos recuerda nuestra esencia, que nos nutre el alma y siempre podremos ver como el lugar emocional, a veces asociado a alguno físico, donde aprendimos a amar y de alguna manera ser quienes somos hoy en día.

El transmitirle raíces a un niño, lo hace pertenecer a algo, lo cual es psicológicamente necesario, el formar parte de algo nos genera un nexo, como si tuviésemos una cadenita que podemos estirar tanto como queramos, pero que si quisiéramos volver, esa sería nuestra guía, solo bastaría con seguirla.

El hacer a los pequeños conscientes de sus alas, enseñarles a volar, impulsarlos y aplaudirles su vuelo, les permitirá desarrollar la confianza en ellos mismos necesaria para emprender cualquier viaje. Sabrán que ellas están allí para usarlas, solo deben confiar en sus capacidades. Las limitaciones se colocarán de lado cada vez que sea necesario y los sueños serán mucho más alcanzables por la vía exprés.

Si tienes hijos, sabrás intuitivamente qué hacer, pero a veces los sobreprotegemos o los soltamos demasiado y terminamos por perjudicarlos, los padres tenemos muchas funciones en cuanto a los hijos, pero la principal es procurar su felicidad, prepararlos para que ellos mismos la tengan al alcance su ser y para ello será necesario hacer lo posible porque salgan de su nido en las mejores condiciones y sepan que pueden volar tan alto como quieran.