Las segundas oportunidades siempre llevan el riesgo de repetir la historia
Las segundas oportunidades, en cualquier aspecto de nuestras vidas, llevan consigo la posibilidad de hacer las cosas como se hicieron la primera vez, que llevaron a un fin determinado la situación.
Esto evidentemente no resulta alentador, sobre todo cuando se trata de una relación amorosa, donde la responsabilidad de hacer que las cosas tomen otro rumbo no exclusivamente nuestra. Podemos tener mucha disposición para hacer que las cosas fluyan de una manera distinta, pero siempre habrá el factor de la duda si la otra persona realmente cuenta con las capacidades para trabajar por resultados diferentes.
Cuando evaluamos la posibilidad de darle segunda oportunidad con alguien, debemos tratar de ser lo más objetivos posibles, teniendo claros los motivos por los cuales no funcionó la primera vez y teniendo un plan de acción para cuando sea necesario. Evidentemente las rupturas se producen por múltiples factores, lo que hará más sencillo o bastante complicado considerar una segunda oportunidad.
Evidentemente que para que el escenario se dé, ambas personas deben estar de acuerdo, aunque quizás sea solo una la que haga esfuerzos por abrir la puerta a segundas oportunidades. Debemos tratar de entender cuáles son los motivos que realmente deben tener peso para dar una segunda oportunidad, para que estos no sean el resultado de un mero ego haciendo presencia en nuestras vidas.
Algunas veces vemos casos de personas que quieren retomar una relación para hacerle lo mismo que recibió en algún momento de su pareja, otras vemos que buscan una segunda oportunidad porque se dan cuenta de que antes estaban en una zona de comodidad que prefieran a pesar de los sentimientos involucrados, otros desean volver como si fuese una prueba de que allí se hace lo que ellos quieren, en fin, analicemos a profundidad los motivos, porque si ellos no benefician a las dos partes, pues seguramente serán los equivocados.
Si se decide dar segundas oportunidades, se debe ser cuidadoso de no tener el pasado de bandera, evitar estar predispuestos, o decir cosas como: lo sabía, te lo dije, no debimos intentarlo, nunca vas a cambiar, porque aunque encierren un contenido real, no aportan para mejorar las cosas. También se debe evitar tomar represalias por cualquier cosa que hayan hecho mientras estuvieron separados, palabras, acciones, relaciones, etc.
Cualquier cosa que saque los esfuerzos de foco debe descartarse, para poder abrir paso a lo positivo que pueda resultar de las segundas oportunidades. Actuar con la mejor actitud y dar lo mejor de nosotros, si apostamos por algo, que sea con la intención de ganar.