RINCÓN del TIBET

La suavidad supera la dureza

La suavidad supera la dureza

En muchas ocasiones nos vemos en medio de situaciones que requieren de nuestra inteligencia emocional para concretar algún objetivo, conseguir lo que queremos o sencillamente persuadir a alguien de quien requerimos una acción o una respuesta determinada.

Nuestra actitud marca de forma determinante los resultados que obtendremos, cuando queremos conseguir algo es preciso filtrar la forma en la cual actuamos, si hacemos las cosas de forma sutil, si hablamos con las palabras adecuadas, si nuestro tono es armónico,  si usamos la suavidad como patrón de conducta, lograremos un alcance positivo mayor que utilizando la dureza, la fuerza, la presión o la coacción.

La mayoría de las personas mostrarán resistencia ante una conducta o una actitud en donde se sientan amenazadas, ofendidas o menospreciadas. Cuántas veces no vemos a una persona en una discusión, que aun teniendo suficientes argumentos a su favor, solo por la forma equivocada de expresarse pierde totalmente la razón. Es necesario ser empático y utilizar la forma de comunicación que nos gustaría recibir de alguien más.

No son las palabras que se dicen sino en el tono en que se dicen

 

Podemos dar exactamente el mismo mensaje pero utilizando un tono desagradable y con esto perder la posibilidad de obtener un resultado satisfactorio. La cortesía, el respeto, la empatía, la solidaridad, son características que nos permiten entablar una comunicación franca, armónica y efectiva.

Si una persona hace una prueba de la efectividad de los objetivos logrados comparando resultados obtenidos a través de un trato duro a los resultados obtenidos a través de la suavidad, podrá fácilmente tener un argumento para cambiar radicalmente la elección de trato para dirigirse a los demás.

Esto no solo aplica a las comunicaciones, esto aplica para todo lo que hacemos en nuestra vida, si fluimos suavemente como el agua, en lugar de resistirnos a través de la dureza podremos ser más flexibles, adaptativos, aceptar los cambios, no nos desgastaremos inútilmente ante lo que nos es imposible modificar y en términos generales estaremos más preparados a afrontar cualquier situación en nuestra vida con la mejor actitud posible.

La suavidad no es sinónimo de sumisión, la suavidad es un arte, que solo el que práctica entiende sus beneficios, muchas veces es más fácil ser violentos, ser autoritarios, ser intolerantes ante una negativa, que pensar en lo que es más conveniente, que tomarnos unos segundos para respirar antes de dar una respuesta, que actuar inteligentemente sembrando el terreno para cosechar lo que deseamos.

El agua es la cosa más suave… y aún así puede penetrar montañas y tierra. Esto muestra claramente el principio de que la suavidad supera la dureza. ~Lao Tse

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