La persona que llega es la persona correcta
La persona que llega es la persona es la persona correcta, está asociado a una de las leyes espirituales, que nos plantean cómo hacer de nuestras vidas, algo más sencillo, con menos sufrimiento y mayor aceptación.
Muchas veces nos damos la tarea de cuestionar todo lo que nos ocurre, incluyendo a las personas que están vinculadas de una u otra forma con nosotros, nos preguntamos una y otra vez si debemos estar con ellas o por qué han llegado a formar parte de nuestras vidas y algunas veces si en definitiva vale la pena que continúen relacionadas a nosotros.
No existe la persona incorrecta en nuestras vidas, absolutamente nadie viene a ser parte de ellas por casualidad, sin un propósito. Todo el que se acerca a nosotros tiene algo que enseñarnos, tiene un propósito de acuerdo a lo que puede mostrarnos, a través del ejemplo, a través de la interacción, a través de sus experiencias o bien mostrándonos lo que no queremos llegar nunca a ser.
No cuestiones ningún nexo, mucho menos aquellos “impuestos” por la vida, que no podemos evitarlos, nuestros padres, nuestros hermanos, nuestra familia en general, normalmente es consecuencia de acuerdos preestablecidos para nuestra evolución.
Aquellos que de una forma u otra seleccionamos, de la misma manera llegan a nosotros en el momento preciso para que a través de ese precisa interacción, podamos concientizar alguno de nuestros rasgos, nos hagamos sensibles ante algo o sencillamente abramos nuestros ojos ante otra realidad.
El hecho de que exista una razón para cada vínculo, no significa que el vínculo deba mantenerse de forma indefinida, si algo nos lastima, nos hiere, es cuando más atentos debemos estar a esa interacción y procurar aprender prontamente lo que esa persona ha venido a mostrarnos, muchas veces es a amarnos y respetarnos y mientras no lo aprendamos seguiremos estando expuestos a situaciones similares.
Mientras más conscientes estemos de que estamos acá en un proceso de evolución, mayor sentido le daremos a nuestra vida, entenderemos por qué vivimos algunas experiencias, por qué nos topamos con un determinado tipo de personas, o bien por qué resalta para nosotros de forma particular una cualidad o lo que llamamos un defecto en quienes se nos acercan.
Siempre es de utilidad observar a quienes nos rodean con sed de aprendizaje, preguntándonos o solicitando al universo que abra nuestros sentidos a lo esencial de la vida y nos dé la capacidad de aprender lo necesario de una situación o persona en particular, para luego salir adelante, más fortalecidos, más capaces, más sabios.
Toda persona que se acerca a nosotros trae la luz necesaria para iluminarnos un poco más, aunque por momentos pensemos que algunas lo que quieren es traernos luz a través de una antorcha que acercarán a nosotros luego de rociarnos con algún combustible. Siempre estaremos ante la persona correcta, aquella que nos dará impulso necesario para avanzar, las que nos ayudará a comprender una situación, por la que conoceremos a alguien… Y debemos honrar su presencia y sacar provecho de ello en nuestras vidas.
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Reflexión: Todo llega a su debido tiempo
No desprecies a nadie, todos tienen algo que ofrecerte y algo que enseñarte