La mente crea el abismo, el corazón lo cruza
Definitivamente aquello que vemos como problemas, como un abismo, no es más que la mente actuando con autonomía e imprimiendo el contenido dramático necesario para generarnos angustias y sufrimientos.
La mente necesita siempre tener un papel protagónico, porque de lo contrario se ve amenazada, tanto es el protagonismo que demanda que pretende que nos identifiquemos con ella, que vayamos de su mano a lo largo de la vida, lo que la mantendrá con la sensación de poder sobre nosotros.
Es justo cuando tomamos consciencia, cuando dejamos de identificarnos con la mente, con nuestros pensamientos, con el tiempo, cuando vemos con los ojos del corazón y podemos callar nuestra mente, que podemos transmutar toda creación de abismos de nuestra mente.
Toda preocupación, todo miedo, toda ansiedad, toda tristeza, todo abismo, son emociones que se generan en nuestro cuerpo a raíz de nuestros pensamientos. Cuando somos capaces de entrar en el momento presente y estar en consciencia podemos entender que no existe un problema, que los problemas surgen solo como una ilusión de nuestra mente, que se encarga de viajar en el tiempo, que se aferra al pasado o se somete a esperar el futuro, con miedo, ansiedad o deseo, para darse cuenta de que cuando ese futuro llega, no era como se esperaba y decide esperar otra cosa situada en algún tiempo distinto al presente.
El secreto de la salud para la mente y el cuerpo no es lamentarse por el pasado, ni preocuparse acerca del futuro, sino vivir el momento presente sabia y provechosamente. ― Buda Gautama
Cuando actuamos con la consciencia de que el momento presente es eterno… que nada ocurrió en el pasado y que nada ocurrirá en el futuro, sino que solo tenemos el momento presente, podemos asimilar que todo es perfecto tal y como es, que podemos manejar una situación o podemos aceptarla, pero que inclusive la muerte, tan temida y respetada en tantas culturas, deja de ser un problema sin la influencia de la mente.
El ahora es todo lo que hay, y el futuro es simplemente otro momento presente para ser vivido cuando llegue. ― Wayne W. Dyer
Cuando observamos y nos conectamos con el ahora, cuando vemos con los ojos de nuestro ser, representados por los ojos del corazón, es cuando todo adquiere un sentido diferente, cuando podemos desapegarnos, cuando podemos apreciar y ser agradecidos por lo que tenemos, por lo que vivimos. Cuando perdemos esta visión surgen los abismos, los problemas, surgen los pesares, las angustias, se nos complica la existencia, nos desubicamos y nos alejamos de lo que en esencia somos.
Cuando tu mente cree el abismo, permítele a tu corazón que lo cruce, permítete enfocarte en la realidad, date la oportunidad de utilizar de forma práctica el tiempo, no para torturarte por un pasado, ni para angustiarte por un futuro. La vida es justo ahora, no hay más…
No hay problema en hacer planes, en intentar cambiar condiciones vitales, pero no debemos perdernos la experiencia por la meta. Cada vez que puedas respira de manera consciente, siente tu cuerpo, escucha a tu corazón que por lo general te hará sentir seguro, tranquilo y te ayudará a ubicarte en donde debes estar.
Por: Sara Espejo