RINCÓN del TIBET

La depresión no solo quita la esperanza, sino la alegría

la esperanza

La depresión no solo quita la alegría, sino la esperanza

La depresión es un cuadro emocional que nos quita la esperanza y alegría, no lo seleccionamos de manera consciente, pero si se alimenta a través de nuestros pensamientos en cualquier momento de nuestras vidas.

Algunas veces se confunde la tristeza con la depresión, sin embargo, a nivel clínico debe haber una serie de factores y una conducta sostenida en el tiempo que repasen el listado de los elementos que deben estar presentes para diagnosticar un estado depresivo.

La depresión cuando se le da largas y se permite instaurarse en nuestro ser causa muchos estragos y se cae normalmente en un círculo vicioso que complica aún más la salida del cuadro. La persona que padece de depresión pierde sus fuerzas a medida que el tiempo transcurre, pierde la alegría y el entusiasmo, pero principalmente pierde la esperanza.

Cuando perdemos la fe y la esperanza, nos hacemos frágiles, sentimos que nada va a mejora, que existen demasiados motivos para mantenernos en una fosa y no hay mucho que podamos hacer para mejorar nuestra condición. La esperanza es un motor, cuando éste se apaga, nos quedamos varados, naufragando, en medio de un sinfín de cosas que nos desagradan, pero que no nos sentimos capaces de cambiar.

Resulta necesario escuchar las señales de nuestro cuerpo cuando nos habla, una depresión no se instaura de la noche a la mañana, aunque puede haber un evento detonante, la depresión va de menos a más, una tristeza sin nombre, un no querer levantarnos, un no querer ducharnos, un no querer ir al trabajo (no, no se asusten, esto último lo viven muchos sin tener nada que ver con la depresión) o bien no tener apetito, pueden ser señales tempranas de que nos estamos dejando llevar por una leve marea que puede terminar por dejarnos aplastados sobre rocas.

Nosotros sabemos cómo somos, sabemos cómo normalmente son nuestros niveles de energía, cómo reaccionamos ante os diferentes estímulos de la vida y lo importante es detectar cada cambio y convencernos tempranamente de que tenemos todos los recursos para superar cualquier trayecto. Evidentemente si llegamos a estar en un estado depresivo también podremos salir de él.

Lo mejor para salir de la depresión no son los medicamentos que interfieren en nuestro proceso hormonal y que a su vez tienen muchísimos efectos colaterales y contraindicaciones. Solo leer el prospecto de un medicamento para la depresión, nos hace sentirnos deprimidos, sin hablar de los estudios que los laboratorios jamás reseñan. Lo mejor para decirle adiós a la depresión es un cambio de cristales con los cuales vemos la vida en primera instancia, luego un cambio de hábitos y rutinas y una selección apropiada de las personas que tenemos alrededor, al menos para las fases primarias de fortalecimiento.

La vida es un milagro, desde la concepción, hasta la última exhalación, adicionalmente es muy corta, fugaz, el tiempo vuela, pero esto no debe deprimirnos, debe ser un constante recordatorio de que debemos dedicarnos a hacer lo que nos gusta, lo que nos hace vibrar. Encontrar la manera de que nuestras capacidades sincronicen con lo que deseamos y a partir de allí comernos al mundo.

Nuestro propósito es ser felices, cualquier cosa que nos desvíe de la esperanza, resulta en una pérdida de tiempo y de energía vital. Agradezcamos esta experiencia y saquemos de ella el mayor provecho. Para cerrar les dejo esta cita de nuestro amigo Facundo Cabral que nos recuerda algunos detalles que pueden ser olvidados (es solo una fracción de un texto completo, que si no has tenido la oportunidad de leerlo, te invitamos a que lo busques en la web):

NO ESTÁS DEPRIMIDO… Estás distraído…

Distraído de la vida que te puebla, tienes corazón, cerebro, alma y espíritu…  entonces cómo puedes sentirte pobre y desdichado.

Distraído de la vida que te rodea, delfines, bosques, mares, montañas, ríos.

No caigas en lo que cayó tu hermano que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay cinco mil seiscientos millones, además no es tan malo vivir solo;  yo la paso bien decidiendo a cada instante lo que quiero hacer y gracias a la soledad, me conozco, algo fundamental para vivir.

No caigas en lo que cayó tu padre que se siente viejo porque tiene setenta años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los ochenta y Rubinstein interpretaba como nadie a  Shopain  a los noventa por sólo citar dos casos conocidos.

No estás Deprimido, estás Distraído…

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

 

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