RINCÓN del TIBET

La buena educación no está incluida en vestimentas costosas

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La buena educación no está incluida en vestimentas costosas

Es una lástima ver cómo muchas personas intentan una superación económica, proyectan una imagen determinada que habla acerca de su clase social, mientras que la buena educación y los buenos modales parecen ser cada vez menos considerados.

Podemos vestir las prendas más costosas, pero eso no viene en conjunto a una buena educación. La educación viene normalmente de casa, se siembra desde las tempranas edades, a través de las costumbres y los buenos ejemplos.

Frases sencillas: Por favor, gracias, buenos días, así como gestos de cortesía como ceder una sencilla, pedir permiso al entrar, ayudar a una persona si se le cae algo al suelo, no requieren mayores esfuerzos, sin embargo si la persona no está acostumbrada puede costarle un poco adaptarse a este tipo de conducta. Por esto la importancia del ejemplo que reciba cada individuo en casa y en sus sitios de formación complementarios.

Evidentemente el hecho de provenir de una familia educada y cortés no es garantía de que la persona adoptará esa conducta para sí, pero sí se le será más natural. Así como tampoco está determinada una persona que provenga de una familia de poca educación a ser de esta manera, cada quien luego de cierta edad asume el camino que quiere tomar y esto aplica inclusive a si quiere o no incluir la cortesía y la educación como parámetros de su conducta, quizás le cueste un poco más, pero con un poco de esfuerzo puede ir puliendo su educación y su manera de interactuar con su entorno.

“La buena educación es como el perfume de las rosas, se percibe desde lejos. ― Ignacio Manuel Altamirano”

La educación y la cortesía son llaves que abren puertas inimaginables, pueden generar cambios trascendentales en las personas con las que interactuamos, una simple palabra puede marcar la diferencia y definitivamente nunca sabremos con quien estamos relacionándonos, así que sin ser interesados, sino inteligentes, acostumbrémonos a dar más valor a lo realmente importante, que es lo que se encuentra debajo de la ropa.

“La buena educación es la mitad del camino en cualquier negocio. ― Ignacio Manuel Altamirano

La buena presencia es importante, las primeras impresiones son básicas y siempre debemos cuidar nuestra actitud hacia los demás. Una buena presencia no debe separarse de la buena educación, porque la vestimenta será prioritaria hasta que pronunciemos palabras inadecuadas o dejemos de pronunciar las esenciales.

Una sonrisa, un gesto, una palabra son muestras de nosotros más importantes que la marca de nuestra ropa, cultivemos nuestra vida de manera integral, dando prioridad a la parte de nosotros que es independiente de lo que tenemos.

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

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