RINCÓN del TIBET

La alegría que dan los hijos no se compara con nada…

La alegría que dan los hijos no se compara con nada…

Tristemente escuchamos en la actualidad, cada vez con mayor intensidad, muchas personas justificando sus elecciones de no haber querido tener hijos en esta existencia, estas decisiones se respetan, cada quien tiene el libre albedrío, sin embargo, aconsejar a otra persona no tener hijos porque es un duro trabajo, es una actitud muy ligera y egoísta, no porque nosotros hayamos tomado la decisión de no tenerlos, debemos promover en los demás, privarse de tan maravillosa experiencia.

Ser mamá no se mide por lo que dejas atrás al tener un bebé, sino por lo que ganas al hacerlo. Anónimo

 

Es innegable que el tener hijos es el mayor sacrificio que puede realizar una persona en este planeta y eso lo saben muy bien, todos aquellos que han tenido la dicha de ser padre y madre y que han llevado con valor, voluntad y verdadera responsabilidad su labor, tener hijos es un trabajo muy arduo, muy duro y que en muchas circunstancias ocasiona muchas lágrimas, pero lo mejor de todo es que en la mayoría de los casos, esas lágrimas son de alegría y de la satisfacción más pura que jamás conocerás.

Verte reflejado en la sonrisa o en el llanto de tu hijo, es la sensación más hermosa, sublime y verdadera que un ser humano podrá vivir jamás, no importan en ese instante los sufrimientos, no importan los sacrificios, ni el esfuerzo que conlleva el traer un hijo al mundo y además acompañarlo, orientarlo y convertirte en su ejemplo.

Los hijos aprenden poco de las palabras; sólo sirven tus actos y la coherencia de éstos con las palabras. Joan Manuel Serrat

 

El que jamás tuvo hijos, se ahorrará muchos pormenores, podrá tener un mayor control en su vida y evidentemente será una persona más despreocupada, tranquila y relajada, para muchos si se quiere feliz, sin embargo, aquellos que han tenido la dicha de vivir la maternidad y la paternidad, saben perfectamente que no hay explicación alguna para este sentimiento y que no tiene ningún sentido poderlo comparar, precisamente porque es algo que con palabras jamás podrá ser explicado…

No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos.Johann Christoph Friedrich von Schiller

 

El caso es que como padre o madre, jamás tienes que justificarte, no tienes que explicar ni pretender que comprendan por qué tomaste esa elección o por qué asumiste esa responsabilidad, basta sencillamente, con que veas día a día en que se convierten los hijos, para bien o para mal, por el sencillo hecho de haber tomado esa elección ya has triunfado en la vida, la alegría que da un hijo no puede cubrirla ni igualarla nada, ni material, ni emocional, ni espiritual, son pequeñas partes de nosotros que tarde o temprano se harán grandes y sólo nos quedará, el agradecimiento y la satisfacción de ser co-autores de estos seres.

 

 

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