RINCÓN del TIBET

Hoy te digo “no”

Hoy te digo “no”

En muchos aspectos de nuestra vida, sobre todo con respecto a nuestras relaciones, nos es muy complicado negarnos a reconocer que quizás estamos aceptando una situación que no nos está aportando lo que queremos. Pero, a causa de nuestros miedos mantenemos una actitud pasiva ante todo esto.

Hoy es el día de saber si realmente quieres decir que “sí” a lo que estás viviendo o ya ha llegado el momento de decir “no”. No a una circunstancia que no te agrada, no al conformismo, no a seguir aceptando todo aquello que no quieres. Es el momento de negarnos a los que no queremos aceptar.

Aprende a decir NO sin sentirte culpable o creer que lastimas a alguien. Querer agradar a todos es un desgaste enorme

Decir “no” es difícil, pero necesario

¿Por qué nos es tan complicado decir la palabra “no”? Siempre, desde que somos pequeños, nos han enseñado que esta palabra era una palabra tabú y que debíamos evitar pronunciarla porque sino las demás personas podían sentirse mal.

Esta creencia la seguimos a rajatabla aún hoy. Con nuestros amigos, nuestra familia y pareja continuamos mostrando una actitud de aceptación ante lo que nos gustaría negarnos. Tenemos miedo a hacer daño, terror a que la persona que tenemos enfrente muestre algún tipo de malestar.

A pesar de todo, ¿no es peor el hecho de no estar siendo sinceros? Por no hacer daño ¡estamos mintiendo! Esto nos convierte en personas hipócritas que no mencionan lo que verdaderamente les está pasando por su cabeza porque se anticipan a la posible reacción de los demás.

Empezar a decir “no” es algo que no exigirá un gran esfuerzo, pero también es muy necesario que empecemos a poner esto en práctica lo antes que podamos. Hacerlo nos ayudará a sentirnos mejor con nosotros mismos y a descubrir que no siempre obtenemos una reacción negativa.

Piensa en ti mismo primero

Imagina una situación en la que tienes muchos compromisos, pero alguien te pide un favor y por no quedar mal le dices que sí cuando sabes que estarás muy estresado y con el tiempo justo. No te sentirás bien contigo mismo ni con el resultado de ese favor que te están pidiendo.

Sería mucho mejor, en una situación similar a esta, decir que “no”. La otra persona tiene que entender que tú tienes tus propias responsabilidades, tu propia acumulación de trabajo y que no te puede tener a su entera disposición si no es posible.

Tienes que pensar primero en ti, en tus necesidades, en lo que quieres y en si la ayuda que vas a brindar o en lo que te vas a comprometer será o no satisfactorio para ti. Quizás pienses que esta actitud es egoísta, cuando la realidad es que estás haciéndote un favor.

Nunca pongas las necesidades de los demás por delante de las tuyas. Tú también eres importante y mereces valorarte. Estar siempre ahí para el resto de las personas y nunca decir que “no”, te sumergerá en un círculo de estrés y ansiedad del cual no podrás salir.

Tienes derecho a decir “no”

Ahora que ya nos vamos concienciando del valor de decir “no”, probablemente te acechen algunas dudas que te insten a regresar al “sí”. Una de las más importantes es la pregunta de: “¿tengo derecho a decir que “no”?

Por supuesto que tienes derecho a negarte a lo que no quieres hacer. Nadie te está obligando a decir que “sí” aunque, bien es cierto, que por la educación que recibimos hay una vocecita que nos parece estar diciendo continuamente que siempre digamos “sí”.

Las primeras veces que empieces a decir “no” te sentirás mal, es algo natural. Estamos saliendo de una zona que considerábamos aceptada y segura para sumergirnos en una totalmente diferente. Pero, este malestar no durará mucho.

Hay que decir no a mil cosas para estar seguro que no te estás equivocando o que intentas abarcar demasiado

Piensa que tienes derecho a decir “no” y a expresar lo que quieres sin miedo a cómo podrán reaccionar las demás personas. No tienes que ser siempre alguien “ideal”. Piensa en ti y descubre qué es lo que en realidad quieres.

 

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