Hay quienes no te quieren perder, pero no saben para qué te guardan
Ciertamente es muy placentero sentirse querido, cuidado, atendido, sin embargo resulta muy egoísta pretender que alguien esté para nosotros, que nos dedique su atención, su tiempo y su afecto con unas intenciones particulares, que no terminan de encajar con nuestros planes.
Resulta que por lo general cuando no estamos claros si queremos o no a alguien en nuestro futuro, si seremos o no capaces de ser recíprocos con lo que recibimos, por lo general es que esa persona está en nuestras vidas de repuesto, de relleno, de accesorio, con carácter prescindible, en resumen: No es nuestra primera opción. No te importan los motivos, tenemos impedimentos de cualquier índole, para considerar establecernos con esa persona bajo un vínculo favorable y justo para ambas partes.
Esto debería ser lo suficientemente claro como para que la parte que se encuentra a la expectativa, se mire en un espejo y con la mayor convicción del mundo diga: “Me merezco algo mejor”. Nadie debe alimentar su ego, si tener personas de repuesto por si en lo que está ahora no le sale del todo bien, nadie debe cultivar una relación basándose en: te alimento solo lo suficiente solo para que no mueras de hambre emocional.
Estar en cualquiera de las dos posiciones nos habla de poca capacidad para amar, quien tolera estar en un limbo emocional tiene escasa capacidad de amarse, refugiándose en el afecto por el otro, quien mientras tanto solo busca su propia preservación y acapara todo el afecto que puede, mientras que no sabe cómo retribuirlo de forma sana, por ende su capacidad de amar es insuficiente y los resultados por lo general mediocres.
Si no estamos seguros de querer estar con alguien, no lo guardemos esperanzados en que las cosas pueden ser diferentes, porque aun cuando esa idea ronde en nuestra mente, en la actualidad no lo es y estamos haciendo que alguien pierda su tiempo y parte de su vida esperando algo que quizás no llegue.
Si en un futuro no damos cuenta de que efectivamente ésa era la persona que queremos cerca, la que encaja de manera acertada en nuestra vida, pues nos tocará hacer lo necesario y posible para darle el lugar que sentimos que le corresponde, pero no limitamos las oportunidades de invertir su vida en algún proyecto que prometa más que lo que nosotros podemos ofrecer.
Así que no cultivemos lo que no queremos cosechar, no llenes el corazones de esperanzas, si no tenemos la certeza de que será para un buen fin y tengamos presente que el tiempo no se recupera y hacérselo perder a alguien es prácticamente un crimen. Evidentemente si no tenemos sentimos del lado de quien entrega, observa y espera, y entendamos que la vida nos da lo que creemos merecer, así que a amarnos más y a esperar de la vida lo mejor…
Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet