RINCÓN del TIBET

El amor nunca muere de la noche a la mañana

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El amor nunca muere de la noche a la mañana

El amor nunca muere… afirman algunos, pero en lo particular he presenciado hasta su sepelio, claramente hay amores incondicionales, que se pueden sentir por los hijos, algunas veces por los padres, un amor que no depende del recibir, que se alimenta con el solo hecho de dar… Pero la mayoría de las relaciones de pareja, sí requieren ese punto de equilibrio para mantenerse en pie, construyendo ese amor, cultivándolo.

El amor nunca se trata de hacer las cosas para recibir algo a cambio, sin embargo, cuando se pierde el equilibrio, cuando la construcción solo se realiza de un solo lado, la estructura tiende a caerse. Para formar una relación hacen falta dos personas, pero para que acabe, solo basta una. Que una de las partes decida dejar el amor, muchas veces es suficiente para que todo se venga abajo.

Por eso siempre es importante que las dos personas remen en la misma dirección, el amor nunca debe ser unidireccional, habrá momentos en los cuales uno de los dos reme más fuerte, inclusive puede haber pausas, pero esto no debe prolongarse, se deben cuidar los detalles y siempre tener claro que se está construyendo algo común, hablando y pensando siempre desde la construcción, desde el amor.

Cuando pasamos por rupturas, cuando vemos parejas que se separan aparentemente abruptamente, es necesario entender que ese amor no murió de un infarto fulminante, sino de una enfermedad que lo consumió poco a poco. Cuando detectamos los primeros síntomas es necesario aumentar las dosis de atención, de energía, de distracción, de amor, es necesario proporcionar el tratamiento adecuado, o por omisión dejarlo morir.

Las desilusiones, las decepciones, el desinterés, el egoísmo, las traiciones, la falta de consideración, la falta de empatía, los celos, el autoritarismo, son los mejores aceleradores de la muerte del amor, contribuyen inclusive al deseo de su muerte, e inclusive al reemplazo en el estado terminal, donde el luto se guarda aun estando vivo el amor, pero en su forma más inerte.

No pongas el amor en mis manos como un pájaro muerto. ― Jaime Sabines

 

En el amor nunca debe haber finales deprimentes. Se pueden dar finales a relaciones antes de acabar con todo lo bonito, intentando cambiar el tipo de amor, por uno que podamos llevar de manera independiente como una buena experiencia de vida.

El desamor puede ser muy cruel y usualmente tiene mala memoria, ningún buen recuerdo le parece familiar, así que no es necesario que se manifieste en todo su esplendor para tomar las medidas adecuadas. Si nos importa el amor, cuidémoslo en todo momento, si vemos fallas ataquémoslas a tiempo y si ya no hay nada que consideremos que podamos hacer, dejémoslo ir desde la bondad de nuestro corazón, sin rencores, ni resentimientos. Todo amor nos hace crecer y solo por ello podemos estar agradecidos.

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