El amor budista, un sentimiento universal
Cuando hablamos de amor solemos referirnos al concepto de sensualidad y romanticismo que envuelve la pareja. Es decir, tendemos a etiquetar este sentimiento representando solo una parte de la concepción del amor.
Sin embargo, como ya sabemos, este sentimiento tiene cientos de expresiones que encierran características particulares que los diferencian. En este sentido, el amor desde el Budismo se entiende universal y sin condiciones ni roles, solo como afecto y unión emocional.
Esto contribuirá a que nuestras relaciones sean saludables y no nos generen sufrimiento. El sufrimiento suele ir unido a esa necesidad de posesión y de permanencia, ya que son tan imposibles que nos atormentan.
Las personas cambiamos y las relaciones lo hacen con nosotros, por lo que no tiene mucho sentido someternos a viajar acompañándonos de imposibles que ni lograremos alcanzar ni generan dinámicas sanas.
Sabiendo que las grandes cosas crecen en silencio, debemos regar el amor poco a poco y en silencio, cultivando la admiración por la naturaleza y todo lo que nos rodea. Esta idea nos ofrece paz y equilibrio interior, lo que a su vez nos permitirá vivir emocionalmente tranquilos.
Los 6 pasos para dominar el ego y reaprender a amar
Si amas una flor, no la recojas. Porque si lo haces esta morirá y dejará de ser lo que amas. Entonces, si amas una flor, déjala ser. El amor no se trata de posesión, sino de apreciación…
Lo cierto es que para reaprender a amar tenemos que liberarnos del ego que nos domina y que nos impide disfrutar de lo que nos ofrece este sentimiento. En este sentido, la idea es que podamos desmantelar nuestras creencias y adecuarlas a la concepción de autonomía y trascendencia que promulga el budismo. Es decir, equilibrar el amor convencional con la liberación…
Veamos a continuación los pasos que tenemos que seguir:
- No te sientas ofendido. El poder que tiene una ofensa para dañarnos es aquel que nosotros le concedemos. No valides aquello que no te hace bien y vive con libertad.
- Libérate de la necesidad de ganar. La vida no se trata de triunfar o de perder, sino de instantes de los que aprender.
- Libérate de la necesidad de tener razón. El único signo de superioridad que existe es la humildad, para lo cual es necesario abrir nuestra mente.
- Libérate de la necesidad de tener más. “Que cada uno sea su propia isla, cada uno su propio refugio, sin tratar de acogerse a ningún otro”.
- Libérate de la necesidad de ser superior. En el amor no hay rangos y todos los seres somos igual de importantes en el mundo.
- Libérate de la necesidad de identificarte con tus logros. “Nadie encenderá la lámpara por nosotros (a lo sumo indicará como hacerlo) pero nosotros estamos capacitados para encender nuestra propia lámpara interior”.
Lograr liberarnos de esto no es sencillo, ya que hemos convivido con las premisas contrarias toda la vida y la sociedad está montada para alcanzar glorias personales e individuales. Por eso, si queremos amar sin sometimientos ni exigencias, vale la pena realizar este trabajo interior.