RINCÓN del TIBET

Cuídate de los amigos envidiosos

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Cuídate de los amigos envidiosos

Mucha gente asegura poder detectar a las personas envidiosas a kilómetros, pero sin ánimos de desanimar, la envidia se puede disimular de tan buena forma, que podemos tener la fuente justo al lado sin que tengamos la menor idea. así que por favor revisa tu entorno y cuídate

La envidia es bastante frecuente en los seres humanos, el saber que a otro le va bien, no todos lo procesan de la mejor manera, más aun cuando ese “bien” representa una gran mejora con respecto a la vida de quienes lo ven.

Solemos pensar que la envidia la sienten por  nosotros personas que no nos quieren bien, los que nos tienen rabia, sin embargo, la envidia afecta en mayor medida a las personas que consideramos más cercanas. Evidentemente hay quienes honestamente se alegran por los logros de los demás, que pueden procurar el bien ajeno, incluso haciendo lo que esté en sus manos para colaborar con quien aprecian.

Pero aun de quienes nos quieren, puede provenir la envidia, de forma consciente o inconsciente y esto puede jugarnos en contra, cuídate de esto. No solo resulta perjudicial por la vibración que emite, que no resulta favorecedora para nadie, sino que una persona envidiosa puede representar un gran obstáculo para quien le inspira ese sentimiento.

Cuando una persona no quiere que a otra le vaya bien o al menos no mejor que a sí misma, es capaz de convertirse en una piedra de tranca, usando diversos recursos: desalentando, desmotivando, contactando con personas inadecuadas, dando consejos que desviarán de los objetivos, mintiendo, exagerando, buscándole los contra a todo, desviando esfuerzos, desacreditando, etc, etc.

Una persona envidiosa no es capaz de medirse, aun cuando no llegue a descubrirse, ni siquiera delante de ella misma, muchas veces encontrará la manera de sabotear la vida de aquella persona que despierta en ella la envidia. Cuídate de este tipo de personas.

Todos podemos estar en ambos lados del juego. Siendo quien siente envidia, debemos procurar reforzar nuestra estima y recobrar esa confianza en nosotros mismos que nos habla de que somos capaces de lograr lo que queramos, que no hay límites, que mientras más ayudemos a los demás, más sencillo se nos hará el camino, que el éxito de otros es fuente de admiración y de inspiración. No hay nada que no podamos lograr, por nuestros méritos, sin perjudicar a nadie y quienes están acercándose a donde nos gustaría estar, nos están marcando una posible ruta. Así que antes de envidiar, admiremos y aprendamos de esa persona.

Si estamos del otro lado y nos pudimos percatar de que estamos generando envidia en alguien cercano, un amigo o hasta un familiar, debemos evitar involucrarlo en nuestros planes, comunicarle lo básico y no delegar en esa persona nada que sea crucial para nosotros en ningún aspecto. De cualquier manera, procuremos rodearnos de personas de luz, que proyecten que nos acompañan en nuestros éxitos y nos facilitan el camino cuando tropezamos o por lo menos no nos colocan más obstáculos, esperando ansiosamente vernos caer.

De cuidado es todo aquel que no puede alegrarse por el éxito de los demás y piensa que la vida tiene los pedazos de torta contados, cuídate de ellos… Todos tenemos nuestro pedazo, solo debemos ir por él, la torta es infinita, así que podemos repetir hasta cansarnos, sin ni siquiera detenernos a mirar la torta ajena.

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

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