RINCÓN del TIBET

Cuida lo que dices frente a tus hijos

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Cuida lo que dices frente a tus hijos

Nuestros hijos, cuando están en sus edades tempranas son muy sensibles a la información que reciben y como complemento, absorben todo a su alrededor, inclusive lo no verbal, por eso como padres debemos cuidar lo que decimos frente a ellos.

Los niños que están desarrollando sus mecanismos de control de emociones, desarrollando su sistema de creencias, que lo condicionará de manera importante durante toda su vida y que de manera adicional no tiene la capacidad para expresarse y dar a entender su sentir a quienes le rodean, son vulnerables a ser afectados por cualquier estímulo a su alrededor.

Es por ello que resulta súper importante, inclusive, cuando pensamos que se encuentra lo suficientemente maduro emocionalmente como para escuchar cierto tipo de información, hay que cuidar y filtrar los mensajes que comunicamos, porque muchas veces terminamos por dañar a quienes más queremos.

Un error común que suele verse en algunos padres, especialmente en aquellos poco responsables con sus actitudes y que no entienden las consecuencias de sus actos, es dirigirse de manera despectiva, insultante o agresiva al otro progenitor en presencia del niño. Lo mismo cuando hacen referencia o hablan de las acciones del progenitor ausente, quebrando los pilares fundamentales del niño.

Un padre puede llegar a pensar que la información que maneja delante del niño, puede resultar en un beneficio personal, ganando más afecto por parte del niño o intentando colocarlo en contra de la otra persona. Lo cual no solo está afectando el tiempo presente del niño, sino haciéndolo vulnerable en un futuro.

¿Queremos ser buenos padres? Amarremos nuestros impulsos primitivos delante de nuestros hijos, porque los daños emocionales generados en la infancia, tardan mucho en sanar, inclusive en muchos casos, nunca sanan. Usemos el potencial de los niños para hacerlos seguros de sí mismos, para tener confianza en su entorno, para que amen a sus padres, para hacerles bien…

Amar a los hijos va más allá de comprarle un juguete o un reloj costoso, amar representa respetar y parte de ello es justamente respetar sus más preciados afectos, la de sus padres, conservando su imagen y procurando que sean para ellos sus soportes más fiables. Afectar la imagen del otro progenitor porque tu ira, tu inmadurez, tu desacierto no posee límites es simplemente un acto de desamor, una prueba de que lo que sientes negativo por esa persona que contribuyó a la vida de tu hijo es más importante al afecto que dices tener por él.

Todos pasamos por momentos de rabia, incluso muchos llevan este estado emocional como forma de vida, pero no es tu hijo quien deba pagar por ti o por tus decisiones. Aprende a cuidar lo que dices delante de los niños, porque quedará para siempre grabado en sus corazones.

Los niños son muy vulnerables, por eso hay que cuidarlos siempre…

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

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