Cuando más te necesité, no estuviste
Si soy sincera nunca pensé en hacerte reclamo alguno, siempre creí que ahogaría mis palabras en el vacío interior que generó en mí tu ausencia en el momento preciso en el que te necesité. Creo que todo lo que nos ocurre tiene una causa, tiene un porqué, pero aún, por más que lo intento, no logro entender cuál fue la razón por la cual me viste desvanecer ante tus ojos con la indolencia de aquel que poco le interesa lo que ve, que para nada le afectaba mi sufrimiento y mi dolor.
No estoy segura si tu necesidad de apartarte de mí, era tan fuerte como mi necesidad de ti, pero cómo puedo explicar, que tú, justo tú, a quien le ha pertenecido mi alma entera, no hayas podido dar tu brazo a torcer, no hayas podido dominar tu ego, no hayas podido establecer prioridades y separar sentimientos, simplemente para estar allí, para que yo sintiera tu presencia y quizás si lo necesitaba tomara tu mano para no sumergirme más en esa situación que marcó mi vida por completo.
Agradezco a la vida que no estuve sola, agradezco a todos aquellos amigos, a mi familia, a esos que sencillamente apenas conocía y que hoy forman parte de mi vida por el simple hecho de haber estado cuando los necesité. Pero sinceramente en esos momentos de angustia, de desolación, de turbulencia y enfrentamiento cara a cara con la vida, la única persona a la que mi alma llamaba a gritos eras tú.
Cómo poder justificarte si en todos los tránsitos amargos que has vivido, independientemente de nuestra relación mi mano ha estado para sujetar la tuya, cómo poder entenderte cuando me he lanzado el mundo encima cuando se trata de ti… Lo tuyo es carencia de amor por mí? O quizás exceso de amor propio? Solo echa una mirada a tu pasado y dime si en algún momento que me hayas necesitado, desde que por primera vez nos cruzamos el uno con el otro, yo te he fallado, he decidido que ya no es mi problema o he considerado que no me necesitas… No podrás recordar uno solo de esos momentos, porque sencillamente no existe.
Siempre pensé que yo era totalmente incondicional contigo, que no esperaba nada de ti, pero resulta que no es así, que sí esperé, que me cuesta perdonarte, que me cuesta mirarte a los ojos y pensar que todo está bien, cuando prácticamente volví a nacer en este mundo, me ha sido entregado nuevamente el tesoro de la vida, tengo una oportunidad más para vivir mi vida…
Dentro de todo te agradezco la experiencia, hoy soy más fuerte, más independiente, me amo y me valoro mucho más, me acostumbré a no depender de nadie y a agradecer la presencia y el apoyo de las personas que estuvieron a mi lado. La verdad es que dificulto muchísimo que en esta nueva parte de mi vida tú puedas tener cabida, sí, te amo, eso jamás lo dudaría, pero sinceramente tú no te mereces entrar en mi vida nuevamente, luego de yo haberme quedado esperándote cuando más te necesitaba, y sí, no te tuve a ti, pero aprendí a tenerme a mí en ese momento y para siempre.